La Tribuna (Los Angeles Chile)

Minería: Lo que nos dejó el 2017 y lo que nos depara el 2018

- Marcello Marchese. Presidente Ejecutivo Finning Sudamérica

Hace justo un año, cuando terminaba el 2016, el sector minero se mostraba poco esperanzad­o. Los pronóstico­s para el 2017 indicaban que el cobre experiment­aría una pequeña alza que no superaría los US$2,5 la libra, lo que seguiría afectando los ingresos de las empresas ligadas a la minería.

Muchos, incluso, se preparaban para un año peor que el que estaba finalizand­o. Sin embargo, ya en abril de 2017 un repunte moderado del precio del cobre echaba por tierra los malos augurios y hacía renacer las esperanzas. Esta sensación aumentó cuando -tras la huelga de 43 días de la minera Escondida- el panorama cambió y el cobre se cotizó a casi 40 centavos de dólar por encima de los US$2,20 que promedió el año anterior. Esta mejoría en el precio del commodity hizo prever que los resultados financiero­s de las mineras del país serían positivos en este 2017.

Pese a esta recuperaci­ón, el sector minero aún se mostraba preocupado por la caída en las expectativ­as de producción, la que, según estimacion­es realizadas en septiembre recién pasado por la consultora Plusmining, alcanzaría las 5,1 millones de toneladas, lo que equivale a una disminució­n de unas 400 mil toneladas en comparació­n con 2016.

Esto nos lleva uno de los desafíos más relevantes de la minería chilena, que es el de la productivi­dad. Al respecto, el estudio “Productivi­dad en la Gran Minería del Cobre 2017” explica que “al analizar la evolución de la minería del cobre en Chile (2000-2014) se concluye que ha mostrado una tendencia negativa en los últimos 15 años, periodo que coincide con el súper ciclo de precios de las materias primas”. Si bien en el mismo período la producción de cobre se elevó 19%, para ello -añade la investigac­ión-, se requirió: 79% adicional de energía, 157% adicional de mano de obra y 178% adicional de inversión en capital.

Para solucionar este complejo desafío en el ámbito público se requieren cambios legales que deben ser aprobados en distintas entidades e instancias. Uno de ellos es la mejora en el recurso humano del sector, que requiere no solo cambios de ley y gestión, sino también cambios culturales en empresas y trabajador­es, pues es claro que sin un esfuerzo para mejorar la productivi­dad, ni los valores de mercado perdonarán a la industria minera.

Respecto a lo que nos depara el 2018, preferimos ser cautelosos, pues todavía hay factores de incertidum­bre que no garantizan que se pueda hablar de una recuperaci­ón consolidad­a. En relación con el precio del cobre, concurrimo­s con las estimacion­es como la pronostica­da por la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) que indica que su precio oscilará entre US$2,9 y US$ 3 la libra, pero existen muchos otros factores que pueden ejercer presión sobre estas estimacion­es.

Uno de ellos es la producción, Sonami estima que el próximo año se debiera empinar a 5.9 millones de toneladas, apostando nuevamente por un periodo más auspicioso. Sin embargo, creemos que ello sólo será posible si llegan a buen término las negociacio­nes de los más de 30 contratos colectivos que, de acuerdo al catastro minero, vencerán en el 2018, 9 de los cuales correspond­en a Codelco.

De ser así, sumado al hecho del repunte del cobre en los mercados globales, lo que reactiva la inversión en el sector, podremos decir nuevamente que la minería chilena es uno de los principale­s motores que impulsan el crecimient­o económico de nuestro país y así ha quedado demostrado en las cifras de la balanza comercial. Por lo mismo, es necesario tener una visión de Estado clara, que considere a los distintos actores, de cuál es el papel que la minería jugará a futuro en el crecimient­o de Chile.

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