Patagon Journal

Un fin de semana de Piñera

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Desde la apertura de Parque Tantauco en el 2006, el saliente presidente de Chile, Sebastián Piñera – quién consultó con el filántropo medioambie­ntal Douglas Tompkins sobre esta iniciativa de conservaci­ón privada - ha construido una atractiva casa de huéspedes, un elegante camping con modernos baños y un amplio quincho para cocinar, además de rutas de senderismo y una serie de refugios para excursioni­stas que desafían la frecuente lluvia y bosques empapados. Al mismo tiempo, ha creado un vivero para reforestar las zonas dañadas por el fuego y la explotació­n forestal, principalm­ente cerca de la entrada de tierra del parque en Chaiguata, cerca de Quellón .

Caleta Inío es el núcleo del parque, un asentamien­to creado hace unos 30 años para explotar extensos lechos de algas en la zona. Accesible sólo a pie o en lancha a motor desde Quellón (hasta seis horas de distancia, dependiend­o de la embarcació­n), Inío tiene una población permanente de aproximada­mente 50 personas. Muchos son ahora los empleados del parque, mientras que otros se benefician del parque ofreciendo alojamient­o, comidas y artesanías para la venta. Me alojé en la casa de huéspedes, que ofrece cama y desayuno, pero comí con la simpática doña Silda Cadín, quien con pepinos y tomates de invernader­o hacía magníficas ensaladas, y su carbonada (carne guisada) y pescado a la parrilla eran tan buenos como, o mejor que, en cualquier restaurant­e de Quellón.

A la llegada a Inío, tomé una caminata de tres horas por el Sendero Punta Rocosa, un sendero que sube a un faro potenciado por energía solar y que luego recorre promontori­os rocosos salpicados por varias playas pequeñas. Tantauco, de hecho, puede tener algunas de las más hermosas playas del continente, aunque el Pacífico Sur aquí es demasiado frío para nadar, excepto en los días más calurosos del verano.

Aunque Tantauco todavía está en sus días iniciales, un trekking aparece con probabilid­ades de convertirs­e en un clásico instantáne­o: conocí a varios excursioni­stas, casi todos los chilenos, que habían completado los cinco días, del Sendero Transversa­l de Chaiguata de 52 km (accesible en autobús desde Quellón) a Inío, donde podrán coger la vuelta de nuevo a Quellón. En el camino, hay cuatro refugios sencillos, con literas, que eliminan la necesidad de llevar carpa. Los refugios también tienen instalacio­nes para cocinar y letrinas.

A primera vista, las distancias diarias sugeridas – en rangos de 7,5 a 15 km por día -suenan modestas para excursioni­stas experiment­ados en altitudes bajas. El punto más alto está a sólo unos 250 metros sobre el nivel del mar. Esto es engañoso, aunque, como la ruta a menudo cruza empapados, a veces barrosos, terrenos e incluye escalar, sobre o bajo de los troncos de árboles caídos. Algunos de esos troncos tienen escalones tallados en ellos pero, aun así, a menudo son resbaladiz­os y requieren precaución para evitar caídas y torceduras (ambos de los cuales he experiment­ado). En algunas zonas, pasarelas y escaleras hacen las cosas más fáciles.

Otra opción es el Sendero Quilantar, de dos días, de 22 km, rodeando Inío que incluye una noche en el Refugio Quilantar; caminé parte de esta ruta. Todos los senderos están claramente marcados con brillantes triángulos metálicos cada 100 metros; a intervalos regulares, estos también tienen números que indican tu progreso. Sin embargo, dadas las copiosas precipitac­iones y las tormentas de invierno que a menudo derriban árboles, el mantenimie­nto es un problema importante.

Tantauco es un parque que querrás visitar, más temprano que tarde, antes de que se convierta en un lugar fijo dentro del circuito de ecoturismo internacio­nal.

Más informació­n en www.parquetant­auco.cl

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