Monte Fitz Roy
Vi ewed fr om t he pampa, Mount Fitz Roy, or Chaltén, the name given to it by the indigenous Telhueches, rises up like an impassable fortress. Of all the spires and towers that surround it, this hunk of granite is the only one that manages to break free enough to rip the Patagonian sky. It's like a giant rocky pyramid which rests on top of a white, glacial sheet and which over the years has transformed into a mountaineering icon.
Despite the aura of impenetrability it has long been known for, it has already been climbed on all sides. The town of El Chaltén is located just a few hours away, one of the contributing factors in this mountain's popularity. But this doesn't mean one should be too confident. “It is a difficult mountain by any route, and even the easiest routes are only safely manageable by truly expert climbers,” Colin Haley points out, who after eight climbs up Fitz Roy is an authoritative voice when speaking about this colossus.
One of his greatest feats was to climb this mountain alone via the Supercanaleta route. “It was the hardest day of my entire life. I soloed the Supercanaleta on a day of not very good weather, and
Desde la pampa, el monte Fitz Roy o Chaltén –como lo llamaron los tehuelches- surge como una fortaleza infranqueable. De todas las agujas y torres que la circundan, esta mole de granito es la única que logra zafar lo suficiente como para desgarrar el cielo patagón. Un gigante cuya pirámide rocosa descansa sobre un blanco manto glaciar y que con el correr de los años se ha transformado en un ícono del montañismo.
Pese al carácter de inviolabilidad con que cargó por mucho tiempo, actualmente ha sido escalado por todas sus laderas. Pro- bablemente, una de las razones que ha incidido en su popularidad es que El Chaltén se encuentra a escasas horas de la base del cerro. Pero no por eso hay que confiarse. “Es una montaña difícil por cualquier vía e, incluso las rutas más fáciles sólo pueden ser manejadas con seguridad por escaladores verdaderamente expertos”, señala Colin Haley, quien tras ocho ascensiones al Fitz Roy, se ha transformado en voz autorizada para hablar de este coloso.
Una de sus mayores hazañas fue subir esta montaña en solitario por la Supercanaleta. “Fue el día más difícil de toda mi vida, ya que