Codeff: Half a Century of Environmental Activism
Medio siglo de activismo medioambiental
Chile’s oldest environmental group turns 50. El grupo medioambiental más antiguo de Chile cumple 50 años.
It was 1968, when a group of scientists, researchers, and academics, led by the lawyer Godofredo Stutzin, founded Chile's first environmental group: The National Committee for Defense of Flora and Fauna (Codeff). And in October, the non-profit will celebrate a half century of working for nature conservation and building awareness in Chile about the importance of safeguarding the country's natural heritage.
Environmental issues did not begin to be addressed in Chile until the 1960s, says Pablo Camus, an environmental historian at Chile's Catholic University. Although some animal protection groups and nature-oriented organizations, like The Friends of the Tree Society, existed, Camus says Codeff was a pioneering institution for Chile, the first of the modern-style environmental protection organizations to form in the country. “Without a doubt, it did important work in the protection of natural resources and the environment in Chile. It created space for other NGOs to emerge and also put environmental topics on the agenda,” said Camus.
From its very beginnings Codeff was apt at forming technical work teams responsible for studies which would later become crucial for the work of the government. For Ximena Salinas, president of Codeff since 2013, it is partially for this reason that the institution became a “platform” for diverse environmental professionals. “Throughout this process, a lot of people established themselves and then later moved on to the public or private sectors, or other NGOs,” she says.
In its first years, Codeff played an active role in varied campaigns, some of them historic, such as those that achieved legal protection for species such as the alerce and araucaria trees, or those that led to the end of whaling in Chile. Codeff was the first organization that took on the country's glaring deficiency in environmental policies and laws. They were difficult times politically and socially, especially after 1973 with the arrival of the Augusto Pinochet dictatorship, when at first Codeff had to operate unofficially.
Once the sociopolitical context stabilized enough to allow social organizations to meet and function, Hernán Verscheure, an agronomist who joined Codeff at the end of the 1970s, took on the role of executive secretary. Verscheure remembers that one of the most iconic campaigns from those years was the defense of
Corría el año 1968 cuando un grupo compuesto principalmente por científicos, investigadores y académicos liderados por el abogado Godofredo Stutzin, fundó una organización que resultó ser la primera en liderar el activismo medioambiental en Chile: el Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna, Codeff. En octubre, la institución cumplirá medio siglo trabajando por la conservación de la naturaleza y la sensibilización de la sociedad chilena en torno a la importancia de la protección y el cuidado del patrimonio natural del país.
Fue justamente en la década de los 60' del siglo pasado cuando en cierta forma la problemática medioambiental estalló y comenzó a ser abordada en Chile, según Pablo Camus, historiador ambiental de la Pontificia Universidad Católica. Si bien existían algunas sociedades protectoras de animales y otras organizaciones como la Sociedad de Amigos Del Árbol, de acuerdo a Camus, Codeff es una institución pionera en Chile en el sentido más moderno con el que se concibe a las organizaciones no gubernamentales (ONG). “Sin duda, cumplió una labor muy importante en la protección de los recursos naturales y el medioambiente en Chile. Abrió espacios para el surgimien- to de otras ONG y también instaló el tema ambiental en el tapete”, explica el doctor en Historia.
Desde sus inicios Codeff supo conformar equipos de trabajo técnico encargados de estudios que luego eran considerados por las autoridades. Para Ximena Salinas, presidenta de la organización desde 2013, es en parte por ello que la institución sirvió de cuna o plataforma para diversos profesionales. “En todo este proceso, mucha gente se formó a su alero para después migrar al sector público, privado y otras ONG”, esgrime la periodista.
En sus primeros años de vida, Codeff desarrolló un rol activo en varias campañas, algunas de las cuales alcanzaron tintes históricos, como aquellas que lograron la protección legal de especies como el alerce –y más tarde la araucaria-, o las que permitieron poner fin a la actividad ballenera en Chile. Codeff fue la primera organización que hizo frente a las ilegalidades vinculadas con la poca legislación ambiental existente. Eran tiempos complejos en el ámbito político y social del país, sobre todo a partir de 1973 con la Dictadura de Augusto Pinochet, donde al principio la institución tuvo que funcionar extraoficialmente.
Una vez que el contexto sociopolítico se estabilizó como
Lake Chungará in northern Chile, in Lauca National Park. Using various principles incorporated in Pinochet's constitution of 1980, they were able to take legal action against the government to save a lake that had been targeted by a hydroelectric scheme.
“Codeff was the first organization to use the law to achieve environmental aims. With the Lake Chungará case, a very important precedent was set. From that point on many communities, organizations, and groups began to use the law to support their lawsuits. This is one of the institution's greatest contributions,” says Verscheure.
Chile's return to democracy strengthened the environmental movement, and Codeff was no exception. In the early 1990s, in collaboration with Chile's Agriculture and Livestock Service (SAG), the organization created the first Wildlife Rehabilitation Center in the country, and through international support and cooperation, financed the purchase of a series of high-value properties for conservation of native species, such as the 7,530-hectare (18,607 acres) Los Huemules del Niblinto Sanctuary, and the 456-hectare (1,127 acres) Rio Claro Reserve in Aysén. Later more areas would be added in other parts of the country.
Over the years, Codeff has also played a key role in the debate on the impacts of the forestry model in Chile, in particular bringing forestry certification to Chile. “In this case the FSC ( Forest Stewardship Council), which has served as a tool for generating spaces for dialogue among different actors in order to establish requirements for taking on the environmental and social impacts of forestry operations,” says Verscheure.
As it turns 50, Codeff faces new challenges. Nevertheless, as environmental historian Pablo Camus says, regardless of the path ahead there is a clear legacy for Codeff: “The commitment to the fight for the environment.” para permitir que las organizaciones sociales pudiesen reunirse y funcionar, Hernán Verscheure, quien había ingresado a Codeff a fines de los 70', pasó a ocupar un cargo a modo de secretario ejecutivo. El agrónomo recuerda que una de las campañas más simbólicas por ese entonces fue la defensa del lago Chungará, ubicado en el límite norte de Chile, en el Parque Nacional Lauca. A través de ciertos principios incorporados en la Constitución de 1980 de Pinochet, se pudo implementar una acción legal contra el Estado para salvar un lago que quería ser utilizado con fines hidroeléctricos.
“Codeff fue la primera organización que utilizó la ley con la finalidad de lograr reivindicaciones ambientales. A partir del caso del lago Chungará se estableció un precedente que fue súper importante. Desde ahí en adelante muchas comunidades, organizaciones y grupos empezaron a utilizar la ley para apoyar sus demandas. Ese es uno de los grandes aportes de la institución”, sostiene Verscheure.
El retorno de la democracia a Chile fortaleció el movimiento medioambiental, y Codeff no estuvo ajeno a ese fenómeno. A principios de los 90', en colaboración con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), la organización creó el primer Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre del país, y a través del financiamiento y la cooperación internacional, también logró financiar la compra de una serie de terrenos de mucha valía en términos de conservación de especies nativas, como el Santuario de la Naturaleza Los Huemules del Niblinto, de 7.530 hectáreas, y la Reserva Río Claro en Aysén, de 456 hectáreas. Más adelante se sumarían otras zonas en distintas partes del país.
A lo largo de los años, Codeff también ha jugado un papel importante en el debate en torno a los impactos del modelo forestal en Chile, en particular en traer la certificación forestal. “En este caso la FSC (ForestStewardship Council), que ha servido como una herramienta para generar espacios de diálogo entre los distintos actores con el ánimo de establecer requerimientos para enfrentar los impactos ambientales y sociales de las operaciones forestales”, asegura Verscheure.
Ad portas de cumplir 50 años, Codeff enfrenta nuevos desafíos. Pero como resume el historiador ambiental Pablo Camus, más allá del panorama actual hay un claro y contundente legado de Codeff: “El compromiso por la lucha por el medioambiente”.