In the Foothills of a Giant En las faldas de un gigante
But then, suddenly, the San Lorenzo Estuary changes course and the slope-- not to mention the demand placed on hikers-increases. Soon the watercourse enters a canyon and the route proceeds parallel to it, entering a forest of lenga and ñire trees. With my heart beating fast, I stop in a clearing in the middle of the trail, looking up and hoping to catch a glimpse of the master of this landscape, but it is in vain; the clouds barely leave visible part of the ice hanging from this Patagonian colossus. A few initial raindrops warning of imminent rain force us to quicken our steps as the water seeps through the thick foliage of the forest.
And so, longing for some place dry and warm, we arrive at Agostini Camp. The site honors the Salesian priest Alberto María de Agostini, a devoted explorer and mountaineer of Patagonia who, after spending years exploring the far and unspoiled reaches of that region, fulfilled an early desire from that very spot: in December 1943, he set foot on the main peak of this 3,706 meter giant, the second-highest peak in Patagonia, after San Valentín. Heaps of worn logs and boards from the original shelter remain today, giving silent testimony to those who came after Father de Agostini. At first glance, it looks more like a wood pile prepared for a campfire that could burn for days.
But beyond this romanticism, a few steps past those relics, there stands a real shelter, a truly luxurious refuge in the middle of that solitary mountain, lost to the east of the Patagonian Andes and marking the border not only between Chile and Argentina, but also between dense forests and vast pampas. The first floor of the two-level cabin includes a dining room and kitchen, where a wood-burning stove surrounded by benches quickly brought us together. On the second floor, a large loft illuminated only by small windows serves as a bedroom, a simple yet practical place to get into our sleeping bags.
The shelter bears the name of Toni Rohrer, a Swiss mountaineer and friend of Luis Soto who lost his life climbing Mount San Lorenzo. Inside, there are some historical documents, books, maps, photographs, and flags of the rope teams that have been drawn here from all over the world. Some have left plaques that hang from the wall, recording and celebrating their climb; others, who never returned to tell the tale, have small and simple tributes hanging in their memory.
Face to face
The next morning, the clouds looked like they wanted to offer respite so we walked close to an hour, now far from the forest, before beginning to climb near the foot of the giant. In a harsh and unfriendly moraine between two milky-water lagoons, we patiently waited for our moment. The icy, glacial wind tried to break us, but we mente parece un sendero más.
Pero luego, de golpe, el estero San Lorenzo quiebra su rumbo, la pendiente aumenta, y con ella la dosis de exigencia. Pronto el curso de agua se encajona y la ruta transcurre en forma paralela a éste, entrando ya a un bosque dominado por lengas y ñires. Con el corazón palpitando ante un claro en medio del sendero con la vista despejada hacia el horizonte, busco infructuosamente al dueño de estos parajes, pero no hay caso: las nubes apenas dejan entrever parte de los hielos que se descuelgan desde este coloso patagón. Las primeras gotas anuncian una lluvia inminente, y al poco rato nos vimos apurando el tranco mientras el agua se colaba por entre el profuso follaje del bosque.
Y así, deseando un lugar seco y cálido, llegamos al campamento de Agostini. El sitio hace honor al sacerdote salesiano Alberto María de Agostini, devoto explorador-montañista de la Patagonia que desde allí cumplió un viejo anhelo tras varios años recorriendo rincones inmaculados de la región: en diciembre de 1943 pisó la cumbre principal de este gigante de 3706 metros, la segunda cima patagónica más alta tras el monte San Valentín. Del refugio original hoy persiste un montón de desgastados tablones y troncos, antiguos testigos mudos de los que vinieron después que el padre de Agostini. A simple vista más parece una gran ruma perfectamente acomodada, un fogón que bien podría arder por días.
Pero más allá del romanticismo, a escasos pasos de aquellos vestigios se erige un refugio real, un verdadero lujo en medio de aquella montaña solitaria, perdida hacia el este de los Andes Patagónicos, marcando no solo la frontera entre Chile y Argentina, sino que también la de los bosques densos y las pampas inabarcables. Una cabaña de dos niveles, el primero está conformado por un comedor y la cocina, cuya cocina a leña pronto nos reunió a todos a su alrededor gracias a las bancas pensadas justamente para ello. Arriba, una amplia explanada iluminada apenas por unas pequeñas ventanas sirve de dormitorio; un sitio simple pero práctico donde meterte dentro del saco de dormir.
El refugio lleva el nombre de Toni Rohrer, un montañista suizo
remained, enthralled by the immensity of the colossus. Slowly, as if it were performing a ritual, San Lorenzo started shedding its veil. Turrets and stone crests dusted with snow began appearing through the clouds until the moment when, shining and bright, the mushrooms of ice at the summit gave us a wink. We were insignificant before such magnitude. Mount San Lorenzo, unfathomable in its immensity, forces you to lift your head and then traps your gaze.
Freeing ourselves from the spell, we headed back to the shelter, turning around every so often, almost as a sign of respect. The sky, now intensely blue and deep, contrasted against the icy peak and against delicate ice formations that are tirelessly felled by high-altitude winds. This pattern results in the ongoing creation of wild and intricate figures.
But the dimensions of San Lorenzo are so great that one need not venture far from the shelter to contemplate this mass of rock and ice in all its splendor. Just steps from the cabin, in the middle of a forest clearing, a strategically placed bench invites visitors to sit for minutes or hours, with a lost gaze, looking at the mountain framed by the foliage of the surrounding trees. It may be the same frame which de Agostini, in the middle of the 20th century, looked through as he stood there at the foot of the giant. amigo de Luis Soto que perdiera la vida escalando el San Lorenzo. En su interior hay algunos documentos históricos, libros, mapas, fotografías y banderas de las cordadas que han sido atraídas hasta aquí desde diversos puntos del planeta. Algunos han dejado placas que cuelgan de la pared a modo de registro y festejo por su cumbre; otros, que no volvieron para contarlo, tienen colgados allí pequeños y sencillos homenajes en su memoria.
Cara a cara
Ala mañana siguiente, las nubes parecían querer dar una tregua, y caminamos cerca de una hora para montarnos en las faldas del gigante, ya lejos del bosque. En una áspera y poco amistosa morrena entre dos lagunas de aguas lechosas, nos acomodamos, pacientemente, a esperar nuestro momento. El viento gélido, glaciar, intentaba doblegarnos, pero permanecimos, absortos ante la inmensidad del coloso. Lentamente, como si de un ritual se tratase, el San Lorenzo fue despojándose de su velo. Unos torreones y unas cuchillas pétreas empolvadas con nieve comenzaron a asomarse por entre las nubes, hasta el instante en que, relucientes y fulgurantes, los hongos de hielo de la cima nos hicieron un giño. Éramos insignificantes frente a tal magnitud. El San Lorenzo, inconmensurable, te obliga a levantar la cabeza, y luego atrapa tu mirada.
Sacudiéndonos del hechizo, volvimos al refugio volteándonos cada cierto rato, casi en señal de respeto. El cielo, ahora de un azul intenso y profundo, contrastaba con los hielos cumbreros, pero sobre todo con las estelas de hielo que se desprenden infatigablemente a causa del viento que sopla a esas alturas. Surgen así figuras y formas intrincadas, salvajes, moldeadas sin descanso.
Pero la dimensión que abarca el San Lorenzo es tan colosal que ni siquiera es necesario alejarse mucho del refugio para contemplar esta mole de roca y hielo en todo su esplendor. A pasos de la cabaña, en medio de un claro del bosque, una banca estratégicamente instalada invita a permanecer minutos, horas, con la vista perdida en la montaña, enmarcada por el follaje de los árboles. Quizá sea el mismo encuadre que a mediados del siglo XX tuviera de Agostini, justo ahí, en las faldas del gigante.
Collecting consistent water quality data is like taking the pulse of a river. Monitoring alerts us to problems in the aquatic ecosystem and collected data can be used to inform sound water policy decisions. In today's world, water quality data is also an essential tool for understanding and predicting the myriad ways in which the rapidly changing climate affects our most valuable resource: water.
In pristine watersheds that are facing rapid development, as is the Futaleufú drainage in Chile's Los Lagos region, the need to establish a water monitoring program is even more urgent. However, in Chile— and in Patagonia in particular—very few rivers are reliably monitored. Monitoring by governmental agencies is inconsistent at best, and data,
Recopilar datos consistentes sobre l a calidad del agua es como tomar el pulso de un río. El monitoreo puede alertarnos sobre problemas existentes o en desarrollo en el ecosistema acuático y los datos recopilados pueden usarse para tomar decisiones acertadas sobre el manejo de las aguas.
En el mundo de hoy, los datos de calidad del agua son una herramienta esencial para comprender y predecir las innumerables formas en las que el clima, que cambia rápidamente, afecta nuestro recurso más valioso: el agua.
En cuencas prístinas que se enfrentan a un rápido desarrollo como la del Futaleufú en la Región de Los Lagos, Chile, la necesidad de establecer un programa de monitoreo del agua es aún más urgente. Sin embargo, en Chile, y en la Patagonia en particular, muy pocos ríos son monitoreados de manera confiable. El monitoreo por parte de las agencias gubernamentales es inconsistente en el mejor de los casos, y los datos, cuando se recopilan, son difíciles de localizar. Entonces, en ausencia de entidades confiables de monitoreo gubernamental o académico, ¿qué otras opciones existen?
El monitoreo comunitario de la calidad del agua es un modelo de monitoreo accesible y de bajo costo que educa y capacita a la comunidad, ayudando a democratizar la gestión del agua. A través de este modelo de ciencia ciudadana, los y las voluntarias reciben capacitación en métodos de muestreo de agua y se les proporciona el equipo necesario. Después de su capacitación, los y las monitoras son responsables de tomar muestras periódicas
mente privatizados, mantener a los ciudadanos interesados e informados sobre la salud de sus ríos es especialmente importante en Chile.
Monitoreo Comunitario en Futaleufú
En el mundo exterior, Futaleufú, Chile, es mejor conocido por su río homónimo, que alberga una de las mejores aguas blancas para el rafting y el kayak en el mundo. Menos conocido es el río Espolón, principal tributario del Rio Futaleufú, que atraviesa la ciudad y es, en muchos sentidos, el río de la gente del pueblo. En días soleados, las personas acuden en masa a las playas de arena del Espolón para nadar y pescar, y sus aguas blancas y amigables brindan un lugar de entrenamiento perfecto tanto para kayakistas principiantes como para experimentados. Desafortunadamente, su proximidad a la ciudad también lo ha convertido en víctima del desarrollo humano: los tramos superiores del Espolón han quedado profundamente marcados por la extracción de ripio, el desbordamiento periódico de la planta de tratamiento de aguas residuales han contaminado sus aguas, y la construcción y el desarrollo urbano están floreciendo rápidamente a lo largo de sus orillas. Además de eso, la reciente llegada del alga invasora Didymo ha cubierto su lecho con una capa gruesa y viscosa de color marrón, oscureciendo su color turquesa vibrante habitual y afectando su ecosistema de maneras que aún no se comprenden completamente.
Con el fin de rastrear los efectos del desarrollo en nuestros ríos, este verano, Futaleufú Riverkeeper estableció el primer programa comunitario de monitoreo de calidad del agua en la Patagonia. Nos asociamos con Global Water Watch, una
es to swim and fish, and its friendly whitewater provides the perfect training grounds for beginner and experienced kayakers alike. Unfortunately, its proximity to the town has also made it the victim of human development; the upper reaches of the Espolón have been deeply scarred by gravel extraction, periodic overflow from the local wastewater treatment facility has contaminated its waters, and construction and urban development are quickly blossoming along its banks. Moreover, the recent arrival of invasive didymo algae has coated its bed in a thick, slimy brown layer, obscuring its usual vibrant turquoise color and affecting its ecosystem in ways not yet fully understood.
In order to track the effects of development on the Espolón and hold developers accountable, this summer Futaleufú Riverkeeper established Patagonia's first community-based water quality monitoring program. We paired with Global Water Watch, an organization that has helped to develop community- based programs across the globe, to purchase monitoring kits and host a week-long training workshop for volunteer monitors. During the workshop, we certified 17 new volunteer monitors from the local community in physicalchemical and bacteriological sampling methods.
The goal of the program is to establish a baseline of water quality data and become the first line of defense in detecting and identifying emerging water quality issues. The program is a vital tool for the future management of our waterways, helping us to identify polluters and push positive environmental policy regarding land and water use. Accurate information greatly improves advocacy work and enables rapid responses to any new threats to the Futaleufú and its main tributaries.
In this first phase we are monitoring physical-chemical aspects of the water such as ph, alkalinity, turbidity, and dissolved oxygen, as well as bacteriological analysis. In future stages we hope to incorporate monitoring of bio indicators, such as macroinvertebrates, birds and amphibians.
Alongside the collection of data, we are working to build a strong educational element of the program to communicate the importance of conserving our rivers and staying alert to threats to them. Data will be summarized in annual reports and presented to the community, and, before the outbreak organización internacional que ha ayudado a desarrollar programas basados en la comunidad en todo el mundo, para adquirir los kits de monitoreo y organizar un taller de capacitación de una semana para monitores voluntarios. Durante el taller, certificamos a 17 nuevos monitores y monitoras de la comunidad local en metodología de muestreo físico-químico y bacteriológico.
El objetivo de la iniciativa es establecer una línea base de calidad del agua y convertirnos en la primera barrera de defensa para detectar e identificar problemas emergentes de calidad del agua. Este programa es una herramienta vital para el manejo futuro de nuestra cuenca, que ayudará a identificar focos de contaminación y presionar por políticas ambientales más efectivas relacionadas al uso del suelo y del agua. La información precisa mejora enormemente el trabajo de defensa y permite respuestas rápidas ante cualquier nueva amenaza para Futaleufú y sus principales afluentes.
En esta primera etapa estamos monitoreando aspectos físico químicos del agua, tales como ph, alcalinidad, turbiedad y oxígeno disuelto, así como análisis bacteriológico. En etapas venideras esperamos incorporar monitoreo de bio-indicadores, que pueden ser macroinvertebrados, aves y anfibios.
Junto con la recopilación de datos, estamos trabajando en la construcción de un fuerte elemento educativo del programa para comunicar la importancia de conservar nuestros ríos y estar alerta ante las amenazas que éstos enfrentan. Los datos se resumirán en informes anuales y se presentarán a la comunidad, y, antes del brote de COVID-19, estábamos trabajando con la Escuela de Futaleufú para incluir el programa en las clases de ciencias.
También esperamos ampliar el alcance del programa más allá de las fronteras nacionales. Futaleufú es una cuenca binacional: el río Futaleufú proviene del lago artificial Amutui Quimey1 en Argentina, creado por la represa Futaleufú. Varios otros ríos se unen al Futaleufú –conocido en Argentina como Río Grande- en su camino a través de los Andes hacia Chile, incluido el río Percy. Los “Voluntarios por el río Percy” son un grupo de ciudadanas entusiastas que periódicamente realizan campañas de limpieza y educación ambiental relacionada con el río. También miden la calidad del agua, utilizando la metodología de Global Water Watch. Uniendo experiencias,
of Covid-19, we were working with teachers to partner with local science classes.
We also hope to expand the reach of the program beyond national boundaries into Argentina. Futaleufú is a binational watershed: the Futaleufú River flows from the Amutui Quimey Reservoir in Argentina, a huge artificial lake created by the Futaleufú dam. Several other rivers join the Futaleufú — known in Argentina as the Rio Grande — on its path through the Andes to Chile, including the Percy River. The “Volunteers for the Percy River” are a group of river enthusiasts who do cleanup campaigns and river-related environmental education. They also measure water quality using the Global Water Watch methodology. We envision a binational water monitoring plan for the future of the Futaleufú basin, which will allow us not only to detect emerging situations but open the door for more comprehensive water management at the watershed level.
Science, community and river conservation
Luckily for us, water sampling is an inherently socially distanced activity, and the program has thus far been able to continue normally under the COVID-19 pandemic. We have been inspired by the dedication and enthusiasm of our volunteer monitors, upon whom the success of the program depends. An active and engaged community that keeps its eyes and ears on the river can quickly catch pollution and other threats and take effective actions to address those issues.
Best of all, our program helps to reinforce the socio-environmental fabric of Futaleufú. Our current volunteers represent a broad spectrum of the community: they are teachers and doctors, public officials and tourism entrepreneurs, housewives and construction workers, who are all united by a mutual concern for the environment. By bringing these people together and arming them with the necessary tools and knowledge, we strengthen their bonds to their community and to their rivers.
To connect with Futaleufú Riverkeeper, visit www.futaleufuriverkeeper.org. For more information on the Global Water Watch monitoring model, visit www.globalwaterwatch.org. voluntades y fuerzas, vemos para el futuro de la Cuenca de Futaleufú un plan binacional de monitoreo del agua, que nos permita no sólo detectar situaciones emergentes, sino que también abra puertas para una gestión más integral del agua a nivel de la cuenca.
Ciencia, Comunidad y Conservación de los ríos
Afortunadamente para nosotras, el muestreo de agua es una actividad inherentemente de distancia social, y hasta ahora el programa ha podido continuar como de costumbre bajo la pandemia Covid-19. Nos hemos inspirado en la dedicación y el entusiasmo de nuestros monitores y monitoras, de quienes depende el éxito del programa. Una comunidad activa y comprometida que mantiene sus ojos y oídos en el río está alerta a las amenazas y rápidamente puede tomar medidas efectivas para abordarlas.
Lo mejor de todo, nuestro programa ayuda a reforzar el tejido socioambiental de Futaleufú. Nuestros voluntarios actuales representan un amplio espectro de la comunidad: son profesoras y médicos, funcionarios públicos y empresarios de turismo, amas de casa y trabajadores de la construcción, todos unidos por una preocupación mutua por el medio ambiente. Al reunir a estas personas y armarlas con las herramientas y el conocimiento necesarios, fortalecemos sus lazos con su comunidad y sus ríos.
Para conectarte con Futaleufú Riverkeeper síguenos en Facebook, Instagram, o en nuestra página web www. futaleufuriverkeeper.org. Para más información del modelo de monitoreo de Global Water Watch, visita www.globalwaterwatch.org.
Air pollution is a permanent and underestimated threat to the wellbeing of people. It kills 7 million people a year, mostly from lower income communities. And those who are impacted most are those who have least contributed to the problem.
In Chile, starting in 2012 a new and more stringent air pollution regulation came online, the PM2.5 standard, which was adopted mirroring the European Union (EU) standard. Once measurements started to come in, we saw that nearly 90 percent of our population exceeds this standard. We learned that Chile was home to some of the dirtiest air in Latin America, and that places like Coyhaique have the worst air on the South American continent.
In 2014, I worked in developing the air quality management plan for Chile, which the environmental minister Pablo Badenier launched with President Bachelet and the public health minister Helia Molina.
We took immediate measures to reduce pollution, such as banning wood burning stoves in multiple cities where the air was bad.these measures have continued to this day. Pollution has dropped substantially in many cities. And the reduction of respiratory disease has been huge. In the cities where we have air regulations emergency room visits have dropped 17 percent in comparison to a 7 percent increase in cities which don't. This is even higher for children under the age of 4, with their visits due to bronchial obstruction plummeting by 75 percent. In 2019, we witnessed nearly half a millionemergency room visits less per year, of which 80 percent have been children less than 14-yearsold. Indeed, our actions have benefited our kids the most.
Yet, we are far from done. Many cities in Chile suffer some 150 bad air days each winter. We need to increase our programs substantially. We have committed to changing out 190,000
La contaminación del aire es una amenaza permanente y subestimada para el bienestar de las personas. Mata a 7 millones de personas al año, principalmente de comunidades de bajos ingresos. Y los más afectados son los que menos han contribuido al problema.
En Chile, a partir de 2012 se puso en marcha una nueva y más estricta regulación de la contaminación del aire, el estándar PM2.5, que se adoptó reflejando el estándar de la Unión Europea (UE). Una vez que las mediciones comenzaron a llegar, vimos que casi el 90 por ciento de nuestra población supera este estándar. Aprendimos que Chile era el hogar de algunos de los aires más sucios de América Latina, y que lugares como Coyhaique tienen el peor aire de Sudamérica.
En 2014, trabajé en el desarrollo del plan de gestión de la calidad del aire para Chile, que el ministro de medio ambiente, Pablo Badenier, lanzó con la presidenta Michelle Bachelet y la ministra de salud pública, Helia Molina. Tomamos medidas inmediatas para reducir la contaminación, como prohibir las estufas de leña en varias ciudades donde el aire era malo. Estas medidas han continuado hasta hoy. La contaminación ha disminuido sustancialmente en muchas ciudades. Y la reducción de las enfermedades respiratorias ha sido enorme. En las ciudades donde tenemos regulaciones del aire, las visitas a la sala de emergencias han caído un 17 por ciento, en comparación con un aumento del 7 por ciento en las ciudades que no cuentan con dicha regulación. Esto es aún mayor para los niños menores de 4 años, y sus visitas debido a la obstrucción bronquial han caído en un 75 por ciento. En 2019, presenciamos cerca de medio millón menos de visitas a la sala de emergencias por año, de las cuales el 80 por ciento fueron niños menores de 14
wood burning stoves nationally, but currently we are only doing 10,000 per year. Home insulation is key too. Retrofit programs create jobs and investments for small businesses across the entire country. These projects create about 20,000 jobs per year.
The green recovery provides a new opportunity to address air pollution. If we raise our target to changing out 50,000 stoves and thereby retrofit 50,000 homes per year, we can create 100,000 jobs per year. We can vitalize a construction sector that has reduced its activity by 13 percent since the present economic crisis began. We can reduce emissions and lower energy costs for our nation's poorest. This is both a fiscal stimulus opportunity as much as a social protection opportunity.
We can expand electric buses across the country. We have seen their benefits in reducing pollution, but also operation costs. We save 70 cents on the dollar per kilometer covered by these buses and can easily overcome their increased capital costs in just a few years. These buses have cleaner indoor air, have less noise, and can reduce exposure to Covid-19 during our recovery due to their air handling systems.
We need to also consider that we are in a sanitary crisis that is related to our unbalanced relationship to the environment. We are also heading to a foreseeable and avoidable climate crisis. The consensus is that a net zero emissions target is achievable, and profitable. We must therefore heed the warning, and shift course, investing in our children's future by protecting them from the present threat of air pollution.we have the evidence; we have the experience. We need to do more, and much faster.
We have a decision to make. We can continue on a path that we know will lead to devastation and suffering, or instead, think ahead, turn around, and take the sustainability path by adopting a new identity like the Costa Ricans have done so well. Pura Vida, they say. Aire limpio, is the way. años. Nuestras acciones han beneficiado más a nuestros hijos.
Sin embargo, estamos lejos de haber terminado. Muchas ciudades en Chile sufren unos 150 días malos de aire cada invierno. Necesitamos aumentar nuestros programas sustancialmente. Nos hemos comprometido con cambiar 190.000 estufas de leña a nivel nacional, pero actualmente solo estamos haciendo 10.000 por año. El aislamiento del hogar también es clave. Los programas de modernización crean empleos e inversiones para pequeñas empresas en todo el país. Estos proyectos crean alrededor de 20.000 empleos por año.
La recuperación verde ofrece una nueva oportunidad para abordar la contaminación del aire. Si elevamos nuestro objetivo para cambiar 50.000 estufas y, por lo tanto, modernizar 50.000 hogares por año, podríamos crear 100.000 empleos por año. Podemos revitalizar un sector de la construcción que ha reducido su actividad en un 13 por ciento desde que comenzó la actual crisis económica. Podemos reducir las emisiones y los costos de energía para los más pobres del país. Esto es tanto una oportunidad de estímulo fiscal como una oportunidad de protección social.
Podemos expandir los buses eléctricos por todo el país. Hemos visto sus beneficios en la reducción de la contaminación, pero también en sus costos de operación. Ahorramos 70 centavos de dólar por kilómetro cubierto por estos buses y podemos superar fácilmente sus mayores costos de capital en solo unos años. Estos buses tienen aire interior más limpio, generan menos ruido y pueden reducir la exposición a Covid-19 durante nuestra recuperación debido a sus sistemas de manejo de aire.
Además debemos considerar que estamos en una crisis sanitaria relacionada con nuestra desequilibrada relación con el medio ambiente. También nos dirigimos hacia una crisis climática previsible y evitable. El consenso es que un objetivo de cero emisiones netas es alcanzable, y rentable. Debemos prestar atención a la advertencia y cambiar de rumbo, invirtiendo en el futuro de nuestros hijos protegiéndolos de la amenaza actual de la contaminación del aire. Tenemos la evidencia; tenemos la experiencia. Necesitamos hacer más, y mucho más rápido.
Tenemos que tomar una decisión. Podemos continuar por un camino que sabemos que conducirá a la devastación y al sufrimiento, o en su lugar, pensar en el futuro, dar la vuelta, y tomar el camino de la sustentabilidad adoptando una nueva identidad como los costarricenses lo han hecho tan bien. Pura Vida, dicen ellos. Aire limpio, es el camino.
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