EL SISTEMA DE PENSIONES DE FRANCIA
De acuerdo a la Ocde, Francia es uno de los países con los mayores niveles de jubilación en el mundo. En efecto, los trabajadores franceses pueden acceder a una pensión equivalente al 100% de sus ingresos laborales promedio. En palabras simples: pueden jubilarse y seguir ostentando ingresos similares a sus sueldos.
Dicha realidad contrasta radicalmente con la de Chile, donde las pensiones promedio son de 206 mil pesos y sólo representan un 43% del ingreso promedio. Esta notable diferencia se sustenta en que el sistema de pensiones del país galo es ampliamente distinto al nuestro. He aquí sus principales características.
En el sistema de pensiones francés, los trabajadores ahorran mes a mes un 6,7% de su salario. Sin embargo, adicionalmente cada empleador debe realizar un aporte mensual equivalente al 8,3% del sueldo de cada uno de sus trabajadores. Así, el ahorro agregado mensual por trabajador es el 15% de su salario, compuesto en un 44% por aportes del trabajador y en un 54% por aportes de su jefe.
Este dinero se acumula con el dinero de otros trabajadores y totalizan un pozo nacional común de dinero. De esta caja se obtienen los recursos para pagar las jubilaciones mensuales de los trabajadores ya retirados. Esto es lo que denominamos “sistema de reparto”, esquema donde trabajadores activos ahorran para pagar pensiones de trabajadores jubilados.
No obstante, a diferencia de nuestro país, en Francia los trabajadores se jubilan a los 65 años y sólo pueden aspirar a una pensión si cotizaron durante 41 años. Esto implica que una persona está obligada a ahorrar durante toda su vida laboral. De lo contrario, no puede acceder a una jubilación.
Con todo, el trabajador tiene la opción de abrir una cuenta de ahorro individual y voluntaria, administrada por privados, como complemento a su pensión. A partir del pago de una comisión mensual, las personas pueden encargar la administración de dinero a empresas que lo invertirán en activos financieros, esperando lograr una rentabilidad. A esto en Chile le llamamos “sistema AFP”.
De esta forma, el sistema de pensiones en Francia se denomina “mixto”: posee una base de reparto y un complemento de capitalización individual, conocido aquí como sistema AFP. Sin embargo, el sistema francés adolece un problema estructural profundo: la falta de dinero.
Actualmente el Estado galo se encuentra endeudado por el pago de jubilaciones. Se estima que entre 2015 y 2020 se requerirá un monto de dinero equivalente al 1,85% de la riqueza nacional, para hacer frente al aumento de los retirados. Al respecto, se han impulsado reformas que apuntan a aumentar a 43 años el periodo mínimo de cotización para solicitar pensión, la edad de jubilación a 67 años y la cotización mensual de trabajadores y empleadores. El panorama para el resto de Europa es similar.
Buenas pensiones parecieran tener un alto costo. En ningún caso nos debieran desalentar en la búsqueda de resultados. Sin embargo, es menester emular lo bueno y aprender de lo malo.