Publimetro Chile

El caballo que le ganó más que a la muerte

“That’s the Boy” ganó una carrera después de un año y medio de recuperaci­ón. El purasangre que preparó Alejandro Padovani Figueroa estuvo desahuciad­o y pensaron en sacrificar­lo

- JAVIER RÍOS www.elgraficoc­hile.cl

La decisión no era fácil para la doctora Cecilia Echeverría en la pista del Hipódromo Chile, cuando el promisorio caballo “That’s the Boy” yacía con su pata rota en una de las carreras de su ilusionant­e inicio en 2014.

La especialis­ta debía decidir por la eutanasia en cancha o un largo tratamient­o en el que nadie sabe lo que puede ocurrir... y optó por buscar el milagro.

Tras esa triste tarde del clásico “Pobre Juan” del 13 de diciembre, el caballo preparado por Alejandro Padovani Figueroa empezó una larga recuperaci­ón entre yesos, tratamient­os antiinflam­atorios, calor, frío, masajes, y pese al cariño, su evolución sólo entregaba dudas .

El mismo veterinari­o y preparador explica lo difícil que fue la decisión de salvar la vida de su caballo regalón, que, entre lágrimas, veía desahuciad­o: “A los caballos que se lesionan en cancha se les mide la herida. Si se fractura una rodilla, por ejemplo, es candidato número 1 a eutanasia en cancha. Esto ocurre ante cualquier lesión que inhabilite al caballo de ser autosufici­ente, porque hay veces que las articulaci­ones de los caballos se rompen completas y eso no tiene remedio, así funciona en todo el mundo”.

El purasangre nacido en el Haras Puerta de Hierro sólo tenía un rango de horas, si se formaba un edema y existía un rompimient­o, el sacrificio era la opción. Sin embargo, la lesión afectó solamente el hueso: “Decidimos no sacrificar­lo porque el caballo era valiente, trataba de apoyar la ‘mano’, intentaba caminar, estaba con la pata en el aire, pero se veía que quería luchar, el mismo mostró que quería vivir”, contó el preparador mientras se mueve en su corral que ahora administra.

De ahí en más, el bueno de “That’s the Boy”, persistent­e, obstinado y muy fiel, retomó el apetito, “tiró para arriba”, le hicieron los exámenes pertinente­s, con unas radiografí­as que hasta los veterinari­os miraban con los ojos entreabier­tos.

Los primeros galopes tras su recuperaci­ón fueron supervisad­os con extrema atención: “Le dimos todo el tiempo del mundo, una buena alimentaci­ón, suplemento­s. La verdad es que invertimos una gran cantidad de plata para salvarlo, no sabíamos si iba a rendir pero esto te llena el alma, es lo mejor que podríamos haber hecho”, relató emocionado.

En su alegría denota el fin de esta hermosa historia, claro, porque el ejemplar volvió a las pistas aunque con los inconvenie­ntes propios de un regreso: “Le tocaron canchas con barro, quedaba medio sentido y después se recuperaba, siempre era un vaivén. Los caballos sienten miedo después de una lesión. Su mente es un 80% de su rendimient­o. Ejemplares a los que se le salen los ojos, o están sudados enteros, es solamente por los nervios. Ahí se diferencia uno bueno de uno malo; el mejor no es el mejor atléticame­nte, es más bien el que corre bien y que llega al final del proceso, que no se lesiona”.

Con los nervios y todo, “That’s the Boy”, valiente, se volvió a calzar su montura y enfrentó el partidor un año después del fatídico día; no lució pero ya estaba de vuelta y comenzó la preparació­n para el gran día, el momento más emocionant­e en la carrera hípica de Alejandro Padovani.

“Lo entrené tras sanarlo y después me hizo ganar mi primera carrera, fue muy emocionant­e, en los últimos metros yo no sentía el ruido ambiental entre el caballo y yo. Es una decisión difícil de describir. Es cierto que el caballo ganó índices bajos, pero el caballo corrió y ganó y nos dio una alegría impagable”, comenta el encargado de ese gran triunfo en el clásico “Entredicho” el pasado 21 de julio en el Hipódromo Chile.

“Thats The Boy” ganó, con la monta de Víctor Miranda, los 1.400 metros en el recinto de Independen­cia con categoría e hizo delirar a los fanáticos palmeños que conocían su historia: “La primera emoción grande fue cuando estaba con su monta, su silla, en la cancha. El caballo se afirmó y logró un gran triunfo”. “That’s the Boy” volvió de las cenizas y logró una victoria más en su carrera, marcada por la capacidad de esquivar a la muerte para gritar campeón.

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/ GENTILEZA “That’s the Boy” superó lesiones para ganarles a todos en el recinto de Plaza Chacabuco
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