Militares en Brasil: “Los presos están armados y se están matando”
Los reclusos de la Penitenciaría de Alcacuz tomaron nuevamente el control de la cárcel del norte del país
Una nueva rebelión se produjo ayer en una cárcel de Brasil, en el estado de Río Grande do Norte, en la que murió un recluso y siete personas resultaron heridas.
La situación sigue fuera de control y la Policía Militar reconoce la gravedad de la situación. Eduardo Franco, encargado de prensa de la Policía Militar, reconoció a los medios locales que “los presos están armados y se están matando”.
En tanto, el gobernador de Rio Grande do Norte pidió el “envío inmediato” de tropas federales a Natal, la capital del estado amazónico del norte del país, confrontada a nuevos motines carcelarios y disturbios provocados por el enfrentamiento entre organizaciones criminales.
“He pedido (…) al presidente Michel Temer que autorice el envío inmediato, hoy mismo, de las Fuerzas Armadas, del Ejército, de la Marina, para ocupar las calles de Natal”, expresó el gobernador, Robinson Faria, a los medios brasileños.
La mayoría de los presos amotinados se mantienen libres en un pabellón de unidad, controlado por la facción Primer Comando de la Capital (PCC), de San Pablo, uno de los grupos delictivos más grande del país.
En tanto, la policia vigila el área donde se concentran los reclusos dirigidos por el Comando Vermelho, de Río de Janeiro, otra de las organizaciones criminales más grandes del país. Ambas, protagonistas de las últimas revueltas han causado una crisis en el sistema penitenciario brasileño.
Caos en la ciudad
Casi una veintena de buses fueron incendiados y varias estaciones de policía fueron atacadas, a pocos kilómetros donde se realizó el traslado de unos 200 presos que estaban amotinados desde que se produjo el último enfrentamiento al interior del mismo penal, en el cual murieron 26 reclusos.
Frente a estos sucesos, el gobierno de Michel Temer ha ordenado un despliegue de las fuerzas armadas para controlar la situación.