Chile, un país para blanquear rutas de tránsito de la cocaína
Con una posición estratégica, los puertos del país son utilizados por las bandas criminales para no levantar sospechas en el envío hacia otros continentes
En el mundo alrededor de 270 millones de personas consumen drogas, siendo la cocaína una las que más ha aumentado en los últimos años según el último reporte de la Oficina de Drogas y el Delito de Naciones Unidas.
A nivel mundial, en 2016 se estimó la producción de esta droga en unas 900 toneladas, la que se realiza principalmente en Sudamérica para transportarse hacia rutas norteamricanas, europeas, Asia y Oceanía.
Cantidad que se reparte por el mundo sin fronteras y que llega a todas las ciudades sin discriminación alguna, siendo Estados Unidos, Europa Occidental y Brasil los mayores consumidores de la “nieve”.
La posición estratégica de Chile en las principales rutas
En este ir y venir de la cocaína, Chile cumple un rol fundamental. En el último año fueron incautadas por la Policía de Investigaciones de Chile 9,9 toneladas de cocaína, un 29% más que en 2015.
Según el jefe antidrogas de aeropuertos de la Jefatura Nacional de Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de la PDI, Roy Farías, “Chi- le no es productor de droga pero a nivel mundial, en la vía de tránsito, es un país para blanquear rutas”.
Según los principales resultados del Proyecto Fortaleza, en el que trabajan 31 países para establecer las principales rutas de esta droga y cuya última reunión se realizó la semana pasada con Chile como país anfitrión; Valparaíso y los diversos puertos de la gran zona costera podrían ser el último punto en Sudamérica por donde pasa la cocaína proviene principalmente desde Perú, Bolivia y Colombia. Este último, el primer productor de cocaína a nivel mundial.
Para sacar la droga que ingresa al país, hoy se han detectado dos vías: aérea y marítima.
“Las rutas marítimas que se han detectado gracias a la ayuda internacional son, en primer lugar, vía océano Pacífico, pasando por Oceanía y luego Asia; la segunda, vía Atlántico, para llegar a Europa Occidental”, afirma Farías, quien enfatiza que la posición de Chile es clave para el traslado hacia los otros continentes.
Mientras que las rutas aéreas que se han descifrado van principalmente a “Europa, donde se realizan pequeños envíos, pero no pocos, que son trasladados por empresas de encomienda o por pasajeros, siendo España el primer país donde la droga, que pasa por Chile, pisa territorio europeo”, precisa el subprefecto de la PDI.
El modus operandi en la ruta
El miércoles pasado, agentes antidrogas del OS-7 de Carabineros detuvieron en Arica a una ciudadana peruana identificada cono Erica Covi- Huancho, de 44 años, quien llevaba más de un kilo de cocaína disuelta en bebidas Inca Cola.
Respecto al modo en cómo operan las bandas de narcotráfico, el traslado de la cocaína puede ser tan diversa como los productos que cruzan las fronteras: fruta, minerales, planchas de plástico e, incluso, juguetes.
El comisario envíado desde la PDI a la Interpol -organización que promueve el Proyecto Fortaleza- de Lyon, como coordinador de Drogas y Crimen Organizado, Ricardo Villegas, advierte que a nivel internacional “otra práctica constante son los ‘tragadores’, que son quienes ungieren ovoides de cocaína envueltos en latex, como dedos de guantes quirúrgicos u otros aislantes. Llevan aproximadamente unas 100 unidades, que representan un kilo y viajan con ellos hasta el país de destino final”.
“Si bien a través de los ‘tragadores’ no se transporta tanta cocaína, este método se mantiene en el tiempo. Sin embargo, lo que más se utiliza tanto en Chile como en el mundo para transportar mayores cantidades de cocaína son los containers marítimos, más del 80% de la cocaína a nivel mundial es transportada de esta forma”, agrega Villegas.
Mientras que en Chile, el método que más se ha evidenciado en el último tiempo es impregnar cocaína en hojas de oficio. Tal como ex- plica Farías, si bien no se envían cantidades tan grandes a diferencia de los containers, “no deja de ser interesante porque un kilo de cocaína en Australia o en el resto de Oceanía cuesta cerca de 150.000 dólares (aproximadamente unos 100 millones de pesos). Entonces, la rentabilidad ilícita de enviar tanto grandes como pequeñas cantidades sigue siendo alta”.
Según las autoridades, saber si la droga que llega a otros lugares en el mundo y tuvo a Chile como último suelo de Sudamérica es totalmente incierto, ya que se debe hacer un seguimiento de todo el recorrido de la carga. Sin embargo, la ayuda internacional se ha vuelto cada vez más importante para seguir desbaratando la ruta de la cocaína.