Adrián García sobre Jarry: “Tiene potencial para estar entre los 20”

El ex tenista conoce al número uno de Chile desde que tenía un año y medio, cuando llegó a la casa de los Fillol en Santiago desde Concepción

DIEGO ESPINOZA El retirado tenista chileno Adrián García (ex 103° de la ATP) nació en Concepción y en el sur se desarrolló como amateur, hasta que el histórico Jaime Fillol lo apadrinó y lo invitó a vivir a su casa en Santiago. Ahí el “penquista” se consolidó como profesional y conoció a todo ese clan tenístico, donde el más pequeño era el actual número uno de Chile, Nicolás Jarry (140º).

“He seguido su carrera desde la primera línea, ya que lo conozco desde que tiene un año y medio. Yo llegué a vivir a la casa de los Fillol cuando tenía 17 años. A pesar de que le agradezco todo a mi primer entrenador Eugenio Wernekinck y a mi padre Felipe, a Jaime le debo casi todo lo que soy en el tenis”, cuenta a El Gráfico Chile el ex integrante del equipo nacional de Copa Davis.

“Donde los Fillol conocí a Nico, lo conozco de toda la vida. Sé que ahora entrena con Martín Rodríguez, que es amigo mío, y también vino una vez a Belgrado, se quedó en mi casa cuando tuvo que jugar un futuro en Serbia. Yo estoy muy contento por lo que está haciendo. Esto es sólo el comienzo, porque él tiene el potencial para estar entre los 20 primeros. Hay que darle un poco más de tiempo nomás, porque tiene las armas para avanzar mucho más”, añade García.

Más allá de destacar las capacidades que tiene el último campeón del Challenger de Medellín, el ex tenista resalta que la base de su tenis se la entregó Fillol,

“Hay que darle un poco más de tiempo nomás, porque tiene las armas para avanzar mucho más” Adrián García sobre Jarry

además de sus padres, quienes le inculcaron la filosofía del deporte.

“Desde chico siempre estuvo jugando tenis, Jaime jugaba muchísimo con él. Lo formó en sus comienzos, donde ya pintaba para buen tenista, porque los papás de ‘Nico’ son muy deportistas, atletas, altos y fuertes, así que por genética no se iba a quedar atrás e iba para ese lado. En la familia Fillol todos tenían que jugar tenis, así que ésa es la base”, cierra García.