Maristas piden perdón
“Nos acercamos a ti, como hermanos, conscientes del daño que un miembro de nuestra congregación te ha ocasionado cuando eras niño”, es la frase con la que se inicia la carta que ayer los Maristas hicieron llegar a Givovich, en la que piden perdón y reconocen los abusos que durante tanto tiempo la congregación omitió y silenció.
Gesto que para Givovich es un reflejo de las enseñanzas y los valores que él recibió en el colegio, y que espera que la institución siga entregando porque “la Congregación Marista no es una asociación ilícita como la han tratado de mostrar”.