LAS GANANCIAS DEL FESTIVAL DE VIÑA DEL MAR
Este martes comenzó la versión número 59 del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Para muchos, el llamado “festival de festivales” es considerado uno de los más populares e influyentes de Sudamérica, sitial que no ha perdido con los años. Y es que, la organización de eventos de este tipo reportan cuantiosos ingresos para los municipios y para diversos sectores económicos de las comunas organizadoras. Así, la temporada de verano resulta idónea para impulsar economías locales que durante el año reportan resultados escuetos.
De acuerdo con la última licitación, efectuada en 2014 y adjudicada nuevamente a Chilevisión, la señal de Turner ofreció pagar 136.488 UF, aproximadamente $3.200 millones que el canal pagó de una vez y adelantado. Sin embargo, adicionalmente el canal se obligó a realizar inversiones, en pos de promover la ciudad como destino turístico, realizar eventos asociados al Festival, entre otros. Para ello, el canal privado se comprometió a invertir US$ 69 millones al año, aproximadamente $41.400 millones.
Los beneficios para el municipio de Viña del Mar son importantes. A la entrada de dinero fresco, se suma el hecho de que el costo del festival lo afronta únicamente el canal de televisión, pues las autoridades sólo apoyan en gastos menores, de mantención de la Quinta Vergara durante el año. Por otro lado, la inversión en turismo ha dado sus frutos. La actividad turística de la Ciudad Jardín se eleva un 30%, en promedio, durante las últimas semanas de febrero, cifras importantes considerando que para esa fecha las personas vuelven de sus vacaciones.
La experiencia de Viña del Mar quizás ha inspirado la realización de nuevos festivales, como los organizados por las ciudades de Talca, Iquique, el festival del rock en Concepción o el reciente evento organizado por la comuna de Las Condes. En su momento, como forma de impulsar la economía de Dichato, localidad de Tomé fuertemente azotada por el terremoto y maremoto de 2010, las autoridades nacionales organizaron un festival televisado. En un principio los dividendos fueron positivos, pero con el paso del tiempo fue decayendo en popularidad. Así también, la estrategia de ofrecer un show atractivo, capaz de captar el interés de canales de televisión, ha reformulado el Festival del Huaso de Olmué.
Existen muchas comunas más precarias que, a partir de la organización de trillas, fiestas de cervezas, verduras u otros, persiguen el mismo objetivo: fomentar el turismo y generar recursos para sus municipios. Y es que los beneficios son totales. A ver si ciudades y comunas turísticas, como La Serena, Pucón, Valdivia, Puerto Varas y otras, se unen a la tendencia festivalera televisiva de verano. Las economías, no tan protagonistas en el año, lo agradecerán. LAS OPINIONES EXPRESADAS AQUÍ NO SON RESPONSABILIDAD DE PUBLIMETRO