“Chorro” de ballenas servirá para diagnosticar su salud
El único procedimiento que tienen hasta ahora los científicos para determinar el estado de salud de ejemplares o poblaciones de ballenas era recolectar sus heces flotantes. Esa “sucia” labor podría ser sustituida por la recolección del rocío que estos mamíferos marinos lanzan a través de sus espiráculos, los agujeros a través de los cuales respiran.
Ese mismo chorro era el que, en otros tiempos, los balleneros observaban para detectar la presencia de ballenas y así poder cazarlas. Hoy, en cambio, la nueva técnica permite obtener, a partir de las muestras de líquido, datos hormonales que permiten a los científicos determinar cómo responden las ballenas al estrés generado por las actividades humanas en el mar, las lesiones y sus procesos de reproducción.
“Será un sistema de monitoreo de alerta temprana. Buscamos cuantificar la respuesta al estrés para adelantarnos a lo que experimentan y ver si tenemos que hacer cambios en su manejo antes de que haya consecuencias funestas”, explicó Liz Burgess, autora principal del estudio realizado por expertos del Centro de Vida Oceánica Anderson Cabot, del acuario de Nueva Inglaterra en Boston (EEUU).
Las pruebas, realizadas a 46 ballenas francas, también vuelven a cuestionar a los balleneros japoneses, que justifican la matanza de decenas de ejemplares por fines supuestamente “científicos” y que en realidad terminan con la carne de estos amenazados animales enlatada en los supermercados.