María Butina, la mujer acusada de ser espía
La joven rusa es investigada por intentar influir en la política de EEUU
Antes de haber cumplido 25 años, la joven rusa María Butina (29) parecía tener una carrera política incipiente y una cadena de mueblerías en su aldea natal, en medio de Siberia. Pero al poco tiempo, abandonó ambos senderos y cambió su rumbo hacia el activismo a favor de las armas de fuego y el interés por fiscales estadounidenses.
El Departamento de Justicia de EEUU acusa a la rusa de intentar influir en la política del país al conspirar como una agente extranjera no registrada. Butina fue arrestada el domingo, porque había indicios de que pensaba abandonar Washington, y compareció ante una Corte el lunes.
La joven rusa, que estudió Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Altai y en la Escuela de Estudios Políticos en Barnau, llegó a EEUU en agosto del 2016 con visa de estudiante, a partir de ahí asistió a muchos cónclaves derechistas, desde el Freedomfest en Las Vegas a la asamblea de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en Indianápolis, de acuerdo con sus propios mensajes en redes sociales. Inclusive, buscó un encuentro con el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, y luego con el propio Donald Trump, según el diario The Washington Post.
La fiscalía estadounidense dice que Butina utilizó su activismo a favor de las armas de fuego para infiltrarse en la NRA y el Partido Republicano, tanto durante la campaña presidencial del 2016 como después de la elección de Trump.
“Es una sicosis, es una cacería de brujas”, dijo su padre, Valery Butina, según el sitio web Altapress, de su pueblo natal, Barnaul. Su abogado señala que ella no hizo nada ilegal.