A Lula le esperan semanas clave para definir entre las rejas su futuro como candidato
El 17 de septiembre es la fecha límite para Luiz Inácio Lula da Silva.
El ex presidente de Brasil, proclamado el fin de semana como candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) pese a estar tras las rejas, será inscrito oficialmente en nueve días para ser parte de la papeleta de los próximos comicios de su país en octubre. Pero eso no le asegura nada.
En una convención nacional celebrada en San Pablo el sábado, el partido apostó todas sus fichas a él aún sabiendo que, por ley, la condena de 12 años de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero se lo impide.
Y es que los sondeos lo dan como virtual ganador aún estando preso, con más del 30% de las intenciones de voto.
¿Qué le resta a Lula para dilucidar su futuro? Que la última apelación que el PT hará el 15 de agosto al Tribunal Superior Electoral de frutos. Para eso hay plazo hasta el 17 de septiembre, fecha en que ocurrirán dos escenarios: o el tribunal visa a Lula para participar, o le dice a su partido que puede presentar otro candidato. En el intertanto, además, la figura más importante de la izquierda brasileña deberá solucionar su situación judi- cial y conseguir, a lo menos, una libertad condicional. El escenario en el país, de momento, pinta para la expectación. De impedirle a Lula su candidatura, la segunda figura fuerte, con casi el 19% de las intenciones de voto, es precisamente la carta del bando opuesto: Jair Bolsonaro (Partido Social Cristiano), bautizado en su país como el “Trump brasileño”.