Por qué los “chilennials” moderan mejor el consumo de alcohol

4 de cada 10 jóvenes tienen una visión negativa del licor

DANNAE ARIAS por ejemplo. Otra de las interrogantes es el consumo de drogas lícitas e ilícitas; según una encuesta realizada por Eventbrite, 4 de cada 10 millennials tiene una visión negativa sobre el alcohol, describiéndolo como patético y vergonzoso y sólo un 10% cree que tomar es “cool”.

¿Será una tendencia que se da también e n Chile? Si bien los chilenos consumen entre 7 a 9 litros de alcohol puro al año, lo que sitúa al país como el más bebedor de América Latina según la OMS, el alcoholismo entre los “chilennials” es un cuento aparte.

Ibán de Rementería, investigador en drogodependencias de la U. Central, aclara que independiente de la generación y “siguiendo las estadísticas históricas de distintos grupos etarios, en general en el consumo de todas las sustancias hay una cúspide entre los 20 y 30 años, que comienza a disminuir de ahí en adelante. El caso del alcohol se mantiene estable y con un lento descenso después de los 60 años”.

Explica que “como ansiolítico, después del tabaco el alcohol es el más recurrido”. Reconoce que el nivel de estrés entre los millennials es más grande, ya que crecen las espectativas y se agrega la inserción laboral, que representa gran carga en su vida. En los primeros años de la universidad los estudiantes consumen más, pero a medida que avanzan va bajando el consumo de manera precipitada”.

En momentos estresantes el consumo de alcohol históricamente ha subido, pero la relación cambió tras la aceptación social del consumo de marihuana. “Hoy existe una amplia aceptación por parte de los pares ante el consumo de distintas sustancias”, reafirma el sicólogo y académico de la U. Central Ricardo Bascuñán, quien precisa que la ingesta de alcohol en millenials “debe ser vista en un modelo biopsicosocial (...) y en su caso los factores sociales son muy fuertes. Ellos han vivido en una cultura donde ha habido falta de límites en general, por lo tanto el nivel en el consumo de alcohol, más que ser visto como un tema de ‘bienestar’, está asociado a que no existen políticas restrictivas”, sostiene.