Denuncias de sabotaje rodean el fracaso del lanzamiento del cohete Soyuz
El comité de investigación ruso anunció la apertura de una investigación criminal para determinar si se violaron las reglas de seguridad durante la construcción
Dos astronautas, uno de Estados Unidos y otro de Rusia, estaban a salvo tras un aterrizaje de emergencia ayer en las estepas de Kazajistán luego de un problema en la cápsula rusa que los llevaba a la Estación Espacial Internacional.
El astronauta de la Nasa Nick Hague y el de Roscosmos, Alexei Ovchinin, despegaron según lo previsto a las 14:40 horas (0840 GMT) del jueves del cosmódromo alquilado por la agencia rusa en Baikonur, Kazajistán, a bordo de un cohete propulsor Soyuz. Las agencias espaciales rusa y estadounidense explicaron que el cohete de tres fases sufrió un bloqueo de emergencia en la segunda parte del proceso. La cápsula salió disparada del propulsor y entró en descenso balístico, aterrizando en un ángulo más inclinado de lo habitual y sometiendo a la tripulación a una importante carga de fuerzas G.
Según la Nasa, los equipos de rescate llegaron al lugar donde aterrizaron Hague y Ovchinin, que fueron sacados de la nave y estaban en buen estado. La cápsula aterrizó a unos 20 kilómetros (12 millas) al este de la ciudad kazaja de Dzhezkazgan. El fallo en el lanzamiento supone un error sin precedentes en el programa espacial ruso, que se ha visto salpicado por una serie de errores en despegues y otros incidentes en los últimos años.
“Gracias a Dios, la tripulación está viva”, declaró Dmitry Peskov, vocero del presidente Vladimir Putin, una vez estuvo claro que los astronautas habían aterrizado con éxito. El dirigente recibía actualizaciones periódicas sobre la situación, añadió.
Rusia abre investigación criminal
Rusia inició una investigación penal para determinar si hay responsabilidades criminales sobre las causas que provocaron este jueves el fracaso del lanzamiento de un cohete Soyuz, que debía llevar a un astronauta y a un cosmonauta a la Estación Espacial Internacional (ISS), anunció el Comité de investigación ruso.
La investigación buscará determinar si hubo violaciones a la reglas de seguridad luego de que el cohete tuviera una falla en el motor pocos minutos después de despegar, obligando al estadounidense Nick Hague y al ruso Alexei Ovichinin a eyectarse en su cápsula espacial para aterrizar en las estepas de Kazajistán.
Apenas dos minutos después del despegue, uno de los motores del Soyuz falló y obligó a los dos tripulantes a regresar urgentemente a la Tierra, en vez de continuar su viaje hasta la ISS.
“En el momento del despegue de la nave Soyuz MS10, sucedió algo inusual. Los sistemas de emergencia se activaron, la nave aterrizó en Kazajistán. La tripulación está viva y se estableció el contacto”, anunció la agencia espacial rusa Roskosmos en un comunicado.
“Los recuperamos”, agregó poco después una fuente de Roskosmos a los periodistas presentes en el cosmódromo ruso de Baikonur, en Kazajistán.
Ambos tripulantes fueron recuperados unos minutos después de su aterrizaje y evacuado hacia Jezkazgán, una ciudad de 80 mil habitantes distante a unos 20 km.
El problema se desencadenó unos dos minutos después del despegue de la nave Soyuz, que tenía que llevar a los dos hombres para una misión de seis meses en la estación orbital.
“Problema de lanzado- res, dos minutos 45 segundos. Problema de lanzadores. ¡Fue un vuelo rápido!”, anunció con calma Alexéi Ovichinin, comandante del cohete Soyuz, durante la retransmisión en directo del despegue. Éste era el segundo vuelo espacial para el científico ruso de 47 años, que pasó 172 días en el espacio en 2016.
El director de la agencia Roskosmos, Dmitri Rogozin, anunció la apertura de una investigación gubernamental para determinar las razones del accidente, en un mensaje publicado en Twitter.
Se suspendieron todos los lanzamientos de vuelos tripulados a la espera del resultado de la investigación y la identificación de los problemas que provocaron el accidente, indicó el viceprimer ministro ruso Yuri Borisov, citado por la agencia oficial Tass.
“Gracias a Dios la tripulación está viva” Dmitry Peskov, vocero del presidente ruso Vladimir Putin