¿Llegó a Chile la peor pesadilla de los bancos?
Un troyano, sindicado como posible culpable del ataque al Banco Consorcio, tiene el potencial para ser el nuevo rival de la ciberseguridad chilena
consecuencias. La Superintendencia de Bancos confirmó eso y señaló que “no hubo afectación de cuentas, información o fondos de clientes, aunque al momento existen fondos propios del banco que no han sido recuperados”,
Si bien Consorcio sólo mencionó como causante a “terceros no identificados que intervinieron al sistema”, informaciones hablan de que la vulneración se dio mediante un troyano. Y no cualquiera, sino que de uno perteneciente a la red de distribución de troyanos bancarios más importante del mundo: Emotet.
Mealybug es conocida mundialmente como la banda que le dio vida en 2014. Luego de desatar un ataque a la banca alemana, que incluso sustrajo dinero de cuentas personales, migró a Suiza, Australia y EEUU. En 2018 llegaron a Latinoamérica, con ataques a México y Costa Rica. Pero, ¿qué convirtió a estos malwares en la pesadilla mundial de la banca? Su sofisticación, y que afectan al eslabón más débil de la ciberseguridad: el humano.
“Llega a los equipos de los clientes de diferente forma. Puede ser por correo electrónico, un link, phishing, como dato anexo a una planilla excel, metadatos en archivo Word, una solicitud de actualización, etc. El problema es que basta cliquear para infectar al computador”, explica Rodrigo Orellana, académico del departamento de ciberseguridad del instituto Aiep.
“Era un virus que tarde o temprano iba a llegar, y se pensaba que luego”, dice Jorge Pavez, jefe de Innovación y Desarrollo de la U. Mayor.