Publimetro Chile

La heredera del clan Aguirre

Con 18 años, planea dedicarse a la actuación, camino que comenzó hace dos años en la teleserie “Wena, Profe” de TVN. Admira profundame­nte a su madre, la querida actriz Carolina Arregui, y reconoce que siente ciertos prejuicios que quiere derribar con sus

- www.nuevamujer.com DANNAE ARIAS @snuffdanne Lee la entrevista completa en:

Con una sonrisa de oreja a oreja y llena de vitalidad llegó a las oficinas de Nueva Mujer María Jesús Sothers (18), la hija menor de la actriz Carolina Arregui.

La “Jeshu” - como todos terminamos llamándola- se mostró como cualquier adolescent­e: espontánea, pero ávida de aprender y de seguir instruccio­nes. Cuesta creer que presenciam­os su primera sesión oficial de fotos para una revista.

No cabe duda de que ya comenzó su carrera por ganar un lugar en televisión. Debutó como actriz en “Wena, Profe” de TVN y pronto, en el mismo canal que la vio nacer, se estrenará “Amar a Morir”, su segunda incursión en el mundo de la actuación.

Ahora, a los 18 años, se alista para entrar en marzo a estudiar Teatro en la Escuela de Fernando González. Por mientras disfruta su verano compartien­do con sus más cercanos, aprovechan­do sus tiempos libres para dormir y para editar los videos que publica en su cuenta @recorrelat­ierra, en donde rememora las travesías que ha vivido junto a su familia en distintos lugares del mundo.

“Es lo máximo viajar. Afortunada­mente, he ido a varios lugares, pero no puedo elegir uno favorito... Es que todos los viajes han sido perfectos. A veces viajamos nosotros cuatro (con mi hermana que tiene 20), pero cada vez que mis papás tienen la posibilida­d de invitar a todos mis hermanos, lo hacemos en patota y esos son lejos los mejores viajes. Es increíble cómo cambia la energía. Además, cada uno tiene su esencia. Eso es lo mejor”, revela.

Vives en un ambiente donde tienes de todo. ¿Agradeces esa realidad?

Completame­nte. Cada día es un regalo para mí y, te juro, le agradezco por lo menos un segundo todos los días a mis papás. Todo es por algo y por eso mismo hay que saber aprovechar­lo y agradecer las oportunida­des. Me siento ciento por ciento afortunada.

¿Con qué prejuicios te enfrentas diariament­e?

Generalmen­te, me dicen “la hija de...”, ¿cachai? Eso es lo que más me da lata, porque finalmente de chiquitita me he tratado de ir haciendo un lugar por mis méritos. Siempre he tenido súper claro que, por la familia que tengo, las oportunida­des se me han dado mucho más fáciles. Aunque prefiero mil veces esforzarme y lograr las cosas por mí misma. Encuentro que eso tiene más valor y demuestra tu capacidad como persona.

¿Cómo te llevas con tu papá?

Mi papá es maravillos­o. Nunca voy a dejar de agradecerl­e el hecho de que, prácticame­nte, me haya adoptado. Él ya tenía tres hijos y me recibió con los brazos abiertos y con mucho amor desde que era chiquitita. Es tan importante en mi vida. Es el soporte, los pies en la tierra. Cuando tenía ideas muy locas, me ayudaba a ver más objetivame­nte las cosas.

¿Qué admiras de tu mamá?

Mi mamá es la persona más buena que conozco. Es buena con todo el mundo, con todos sus compañeros. Si ellos se ven apretados en cualquier situación, ella los apaña, ya sea emocional o económicam­ente. Siempre que quiere hacer un regalo lo hace tan del corazón, es tan ella, tan única. Admiro que sea tan espontánea, que nunca quiera mostrar una cara que no es. Es buena mamá, buena partner, mi amiga, me da consejos. Es la persona que siempre me va a decir las cosas con amor y con sinceridad, me conoce al revés y al derecho.

Carolina empezó su carrera en la actuación con sólo 16 años. ¿Te sientes presionada a hacerlo bien debido a su larga trayectori­a?

Uno al principio se siente presionada en el sentido de que la gente te va a comparar, pero siempre me han dicho que una tiene que ser sencilla y mantener su esencia. Lo que más me gustaría es que la gente entienda que somos personas distintas con mi mamá y mi hermana.

A lo largo de tu vida has visto la evolución de la carrera de Mayte (Rodríguez). ¿Te ves reflejada en ella?

La Mayte empezó más grande, pero igual me veo reflejada por partir poquito a poquito e ir aprendiend­o. Para mi hermana también fue difícil al principio, pero todo se puede. ¡Mira dónde está ahora! (ríe).

Se llevan muy bien ustedes dos…

Somos como mejores amigas. Somos súper partner, salimos, nos vamos juntas de viaje, hacemos de todo, la verdad.

¿Y cómo fue tu relación con Alexis Sánchez?

Con Alexis nos llevábamos muy bien. Fue una persona súper linda que nos enseñó a todos muchas cosas. Conversába­mos de todo un poco, comíamos, de repente jugábamos a la pelota. Nos llevábamos muy bien. La verdad es que cada vez que nos juntamos fue un aporte. SOÑAR EN GRANDE María Jesús está segura de que un actor debería saber desenvolve­rse en todas las áreas posibles, razón por la que pretende perfeccion­ar al máximo su veta artística. “Me encanta sincroniza­r la música con los momentos”, añade en referencia a los videos que actualment­e edita y graba.

Y también es consciente de la labor social con la que cargan los intérprete­s. Tanto así, que admite su devoción por Lagertha de Vikingos y Katniss de Los juegos del hambre, dos mujeres que considera “secas y empoderada­s” y que ve como papeles ideales. “Me encantaría hacer un personaje que tenga un mensaje importante que transmitir­le a la sociedad. No me gustaría actuar sólo porque sí”, reconoce.

Tan claro visualiza su futuro que sabe que, en algún momento, desarrolla­rá su carrera en el extranjero. “De hecho, iba a terminar Cuarto Medio y me iba a ir para afuera, pero formé una buena base en Chile y la gente me ha tratado con demasiado cariño”, afirma esta joven que, ya en su niñez, se dibujaba actuando cuando le preguntaba­n qué quería ser cuando grande.

Terminaste el colegio, tomaste un curso de actuación y actuaste en “Amar a Morir”. ¡Cómo pudiste con todo!

Al principio fue fuerte. Me tenía que esforzar más en el colegio, tuve que dejar la salida con mis amigos, de repente pinchaba, pero no podía pololear, porque no tenía tiempo. Al final, te consume. Estaba tan preocupada de empezar a formar bien la base que no podía descuidar nada, tenía que sacarlo todo al ciento por ciento, y yo soy súper perfeccion­ista, que es lo peor de todo.

¿Y qué sentías al verte en pantalla en “Wena, Profe”?

Es muy distinto verse en una foto que verse hablando. Me pasa que tenía muchas ganas de mejorar, me miraba en el monitor, me veía todos los detalles, y nunca quedé conforme con ninguna escena. Nunca, nunca. En la primera tuve que llorar y creo que ese fue el desafío más grande que tuve en toda la teleserie.

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