Deserciones masivas del régimen de Maduro
La sencilla casa de Cúcuta, la agitada frontera entre Venezuela y Colombia, se ha convertido en un refugio para quienes se acaban de quedar sin hogar: 40 soldados venezolanos que abandonaron sus puestos y huyeron para salvar sus vidas.
Los jóvenes miembros de la Guardia Nacional duermen en finas colchonetas sobre el piso. Varios chalecos antibalas descansan a lo largo de una pared en una de las habitaciones. En un balcón, las botas que se mojaron cruzado en enlodado Río Táchira se secan al sol.
Un arriesgado plan de la oposición venezolana para llevar ayuda humanitaria al país fracasó el sábado cuando tropas leales a Maduro se negaron a permitir la entrada de camiones con comida y medicamentos, pero desató una ola de deserciones militares nunca vista durante la crisis que asola al país.
A 326 subió el número de los miembros de la fuerza armada de Venezuela que desertaron y cruzaron a Colombia desde el sábado, tras los desmanes ocurridos durante el fallido paso de ayuda al país petrolero, informó este martes la autoridad migratoria.
Otros cuatro sargentos venezolanos desertaron y llegaron ayer a la localidad fronteriza de Pacaraima, en Brasil y llamaron a otros a imitarlos para precipitar la caída del presidente Nicolás Maduro.
Las deserciones se producen mientras la oposición venezolana presiona a los militares para que reconozcan al líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como el presidente legítimo de la nación. Tradicionalmente, el ejército venezolano ha ejercido de árbitro en disputas políticas, forzando la salida del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958. Pero la jerarquía militar se mantiene firme del lado de Maduro, quien no ha dado muestras de que tenga intención de renunciar al poder.