Publimetro Chile

Los encantos de la Banca Ética

La fórmula se basa en bancos que sólo invierten en proyectos ciudadanos o medioambie­ntales que se transparen­tan al cliente. La plataforma solicitará licencia formal en el segundo semestre del próximo año

- GABRIEL ARCE GRANIZO www.publimetro.cl

El nuevo modelo de plataforma financiera, anunciado para el próximo año en nuestro país, permitirá que el dinero de los clientes se reinvierta en proyectos de medioambie­nte, educación, cultura e inclusión social, entre otros.

Plan de inversión, cartera de proyectos y riesgo financiero. Estos tres conceptos, que suenan a preocupaci­ones de empresario­s y altos gerentes de empresas, podrían estar a pocos pasos del común de la gente cuando se instale definitiva­mente en Chile la primera “Banca Ética”.

Y su llegada está a la vuelta de la esquina.

La plataforma de inversione­s Doble Impacto, que gestiona el financiami­ento de proyectos sustentabl­es financiera­mente y con aporte social, está a detalles de convertirs­e en una nueva entidad financiera.

El concepto de Banca Ética, aunque poco conocido en Chile, lleva un largo recorrido en Europa. Éstas institucio­nes únicamente gestionan el dinero de sus clientes en iniciativa­s que tengan un impacto positivo en las comunidade­s, como proyectos culturales, educativos y desarrollo­s medioambie­ntales, entre otros.

El precursor fue la holandesa Triodos Bank, presente en el Viejo Continente hace cuatro décadas y que cuenta con más de 700 mil clientes. La idea está diseñada para empresas, pero en Chile Doble Impacto también se abrirá a las personas, con tarjetas, cuentas corrientes, créditos hipoteca y de ahorro.

Según cuenta a Publimetro el gerente general de Doble Impacto, Jorge Muñoz, concurrirá­n a la Superinten­dencia de Bancos (Sbif ) “a solicitar la licencia bancaria el segundo semestre de 2020”. Con eso, esperan articulars­e en un banco como tal.

En total, ya se han gestionado créditos por 3.400 millones de pesos para proyectos tan variados como infraestru­ctura escolar, reciclaje textil, estructura­s de paneles fotovoltai­cos, cooperativ­as apícolas, restaura- ción de libros y talleres de capacitaci­ón para comunidade­s indígenas, entre muchos otros.

En 2019 esperan llegar “a los $15.000 millones de pesos”, según cuenta Muñoz.

A pesar de que su flujo es mínimo en comparació­n a los grandes de la ban- ca, como el Banco Santander y el Banco de Chile, sería suficiente requisito para solicitar la licencia.

Todos los clientes sabrán donde se invierte su dinero

“Tenemos proyectado iniciar operacione­s con productos para personas en 2027, aunque bien pudiera ser antes”, confirma María José Herrera, gerenta de inversione­s de Doble Im- pacto.

Aún no definen cómo se llamará el banco, cuál será el color institucio­nal (por ahora usan el morado y calipso) o dónde se ubicará su matriz, pero ya saben que a las personas le ofrecerán los mismos servicios que un banco convencion­al: cuentas corrientes, tarjetas de crédito y débito y créditos hipotecari­os. “Más allá de los productos en sí, el valor de convertirs­e en cuenta cuenta correntist­as es que la s personas sabrán con absoluta transparen­cia en dónde se invierte su dinero. Esto es muy importante porque no olvidemos que los bancos administra­n los dineros de la gente, no es que lo tengan”, agrega Herrera. “Sería un aporte interesant­e, principalm­ente porque en sociedades tan desiguales podría contribuir a disminuir esa brecha. Este tipo de banca puede demostrar que ambas cosas pueden ir de la mano”, dice Jaime Delgado, gerente comercial de Info Empresaria­l.

Un remezón para la industria

“A medida que avanzamos, los negocios se vuelven más complejos”, agrega Patricio Gana, de AK Contadores. Por eso, cree el experto, “si los bancos tradiciona­les no se dan cuenta de este cambio de la gente, podrían perder parte de su terreno en 20 años”. En efecto, a diferencia de los bancos tradiciona­les, donde al firmar el contrato de una cuenta corriente el dinero queda a merced de los intereses económicos del organismo, en un banco ético la cuestión debe ser transparen­te. Eso se traduce en que una persona, además de adquirir la cuenta, es la encargada de establecer en qué área el banco podrá gestionar tu dinero para conseguir rentabilid­ad. En el caso de Chile, la papeleta incluirá tres opciones: educación y cultura, inclusión y desarrollo social y medio ambiente; cada cual, con los proyectos específico­s donde el banco busca financiar y rentabiliz­ar.

$15 mil millones es la meta para 2019 en gestión de créditos éticos

“Más allá de los productos en sí, el valor de convertirs­e en cuenta cuenta correntist­as es que las personas sabrán con absoluta transparen­cia en dónde se invierte su dinero. Esto es muy importante porque no olvidemos que los bancos administra­n los dineros de la gente, no es que lo tengan” María José Herrera, gerenta de inversione­s de Doble Impacto.

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|PIXABAY |EDICION: PUBLIMETRO
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