Los encantos de la Banca Ética
La fórmula se basa en bancos que sólo invierten en proyectos ciudadanos o medioambientales que se transparentan al cliente. La plataforma solicitará licencia formal en el segundo semestre del próximo año
El nuevo modelo de plataforma financiera, anunciado para el próximo año en nuestro país, permitirá que el dinero de los clientes se reinvierta en proyectos de medioambiente, educación, cultura e inclusión social, entre otros.
Plan de inversión, cartera de proyectos y riesgo financiero. Estos tres conceptos, que suenan a preocupaciones de empresarios y altos gerentes de empresas, podrían estar a pocos pasos del común de la gente cuando se instale definitivamente en Chile la primera “Banca Ética”.
Y su llegada está a la vuelta de la esquina.
La plataforma de inversiones Doble Impacto, que gestiona el financiamiento de proyectos sustentables financieramente y con aporte social, está a detalles de convertirse en una nueva entidad financiera.
El concepto de Banca Ética, aunque poco conocido en Chile, lleva un largo recorrido en Europa. Éstas instituciones únicamente gestionan el dinero de sus clientes en iniciativas que tengan un impacto positivo en las comunidades, como proyectos culturales, educativos y desarrollos medioambientales, entre otros.
El precursor fue la holandesa Triodos Bank, presente en el Viejo Continente hace cuatro décadas y que cuenta con más de 700 mil clientes. La idea está diseñada para empresas, pero en Chile Doble Impacto también se abrirá a las personas, con tarjetas, cuentas corrientes, créditos hipoteca y de ahorro.
Según cuenta a Publimetro el gerente general de Doble Impacto, Jorge Muñoz, concurrirán a la Superintendencia de Bancos (Sbif ) “a solicitar la licencia bancaria el segundo semestre de 2020”. Con eso, esperan articularse en un banco como tal.
En total, ya se han gestionado créditos por 3.400 millones de pesos para proyectos tan variados como infraestructura escolar, reciclaje textil, estructuras de paneles fotovoltaicos, cooperativas apícolas, restaura- ción de libros y talleres de capacitación para comunidades indígenas, entre muchos otros.
En 2019 esperan llegar “a los $15.000 millones de pesos”, según cuenta Muñoz.
A pesar de que su flujo es mínimo en comparación a los grandes de la ban- ca, como el Banco Santander y el Banco de Chile, sería suficiente requisito para solicitar la licencia.
Todos los clientes sabrán donde se invierte su dinero
“Tenemos proyectado iniciar operaciones con productos para personas en 2027, aunque bien pudiera ser antes”, confirma María José Herrera, gerenta de inversiones de Doble Im- pacto.
Aún no definen cómo se llamará el banco, cuál será el color institucional (por ahora usan el morado y calipso) o dónde se ubicará su matriz, pero ya saben que a las personas le ofrecerán los mismos servicios que un banco convencional: cuentas corrientes, tarjetas de crédito y débito y créditos hipotecarios. “Más allá de los productos en sí, el valor de convertirse en cuenta cuenta correntistas es que la s personas sabrán con absoluta transparencia en dónde se invierte su dinero. Esto es muy importante porque no olvidemos que los bancos administran los dineros de la gente, no es que lo tengan”, agrega Herrera. “Sería un aporte interesante, principalmente porque en sociedades tan desiguales podría contribuir a disminuir esa brecha. Este tipo de banca puede demostrar que ambas cosas pueden ir de la mano”, dice Jaime Delgado, gerente comercial de Info Empresarial.
Un remezón para la industria
“A medida que avanzamos, los negocios se vuelven más complejos”, agrega Patricio Gana, de AK Contadores. Por eso, cree el experto, “si los bancos tradicionales no se dan cuenta de este cambio de la gente, podrían perder parte de su terreno en 20 años”. En efecto, a diferencia de los bancos tradicionales, donde al firmar el contrato de una cuenta corriente el dinero queda a merced de los intereses económicos del organismo, en un banco ético la cuestión debe ser transparente. Eso se traduce en que una persona, además de adquirir la cuenta, es la encargada de establecer en qué área el banco podrá gestionar tu dinero para conseguir rentabilidad. En el caso de Chile, la papeleta incluirá tres opciones: educación y cultura, inclusión y desarrollo social y medio ambiente; cada cual, con los proyectos específicos donde el banco busca financiar y rentabilizar.
$15 mil millones es la meta para 2019 en gestión de créditos éticos
“Más allá de los productos en sí, el valor de convertirse en cuenta cuenta correntistas es que las personas sabrán con absoluta transparencia en dónde se invierte su dinero. Esto es muy importante porque no olvidemos que los bancos administran los dineros de la gente, no es que lo tengan” María José Herrera, gerenta de inversiones de Doble Impacto.