La anomalía
El científico Enrique Cordaro dice que se dio un gustito al refutar a la NASA. Eso, porque con sus centros constató que existe una anomalía en el campo magnético que afecta desde África hasta la isla Juan Fernández, que varios científicos norteamericanos le habían bajado el perfil. “Y ahora que lo comprobamos lo están estudiando de cabeza”, dice.
El doctor David Laroze explica que la anomalía implica que en esa zona el campo magnético es más débil. Eso es un gran problema, puesto que funciona como escudo ante los rayos cósmicos dañinos que vienen desde el espacio.
¿En qué se traduce? Dicha anomalía, que en Chile atraviesa desde Putre hasta Puerto Montt, está expuesta a mayor corrosión en sus metales, que podrían afectar al sector minero y daños a la salud que aún no se han estudiado. Los rayos cósmicos son potenciales destructores o mutadores de genes, y en el cuerpo humano podrían manifestarse en mayor proliferación del cáncer.
“Mientras menor sea el campo, más partículas del espacio pueden entrar. Las consecuencias de esto son muy importantes, pero de momento no hay muchos fondos para continuar los estudios”, agrega Laroze.
El campo magnético se mide en teslas. En la superficie, los aparatos de los científicos miden unos 22 mil nanoteslas, pero Laroze indica que “en los últimos años en Putre por lo menos han bajado unos
3.500 nanoteslas. “Esto interesa en el mundo pero no acá. Y eso que los problemas pueden ser muchos: infartos, ataques, aumentar hasta
50 veces los efectos de una tormenta solar”, agrega Cordaro.