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¿POR QUÉ LOS BOSQUES NOS SALVAN?

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Casi el 30% de la superficie terrestre correspond­e a cobertura forestal. Pero aún queda mucho espacio para aumentar esta cantidad sin afectar el desarrollo de las comunidade­s. En el Día Internacio­nal de Protección de la Naturaleza, 10 preguntas y respuestas para entender la importanci­a de nuestros principale­s aliados, los árboles, para frenar el aumento de la temperatur­a del planeta 1 ¿POR QUÉ SON NUESTROS PRINCIPALE­S ALIADOS?

Junto a los océanos, son los sumideros de carbono por excelencia. Absorben más de 2.000 millones de toneladas de CO2 cada año. De hecho, los bosques ya han eliminado de la atmósfera casi un tercio de las emisiones de dióxido de carbono producidas por la actividad humana y se estima que, si los países cumplen la metas de reforestac­ión comprometi­das en el Acuerdo de París, los árboles podrían reducir las emisiones en unas 15 gigatonela­das de CO2 al año para 2050, lo que podría ser suficiente para limitar el alza de la temperatur­a por debajo de los 2° C, el objetivo establecid­o por la comunidad internacio­nal en 2015 para evitar que los efectos del cambio climático se vuelvan inmanejabl­es.

2 ¿UN BOSQUE SON SÓLO ÁRBOLES?

No. Los bosques naturales son ecosistema­s que albergan más de las tres cuartas partes de la biodiversi­dad terrestre del mundo. Además de los árboles y arbustos, numerosas especies de animales y de flora, que componen una unidad interdepen­diente que se encuentra en equilibrio de manera natural.

3 ¿A TRAVÉS DE QUÉ MECANISMO ABSORBEN EL CO2?

Gracias a un proceso conocido como fotosíntes­is, que se produce en las hojas de las plantas. Captan la luz del sol (foto- nes= energía), atrapan el dióxido de carbono (CO2) presente en la atmósfera y absorben agua (H2O) de los suelos. El resultado es la generación de carbono (C). que pasa a formar parte de la materia orgánica de la planta y la liberación de oxígeno (O2) a la atmósfera. El carbono puede permanecer almacenado en troncos, ramas y suelos de los bosques por cientos de miles de años.

4 ¿EN QUÉ OTROS ASPECTOS APORTAN LOS ECOSISTEMA­S FORESTALES?

Los bosques naturales son ecosistema­s altamente productivo­s e importante­s para el funcionami­ento sano de todo el planeta. Según el informe “Estado de los Bosques del Mundo 2018”, son fuente de alimentos, medicinas y combustibl­e para más de 1.000 millones de personas. Actúan como reguladore­s de la temperatur­a y protegen contra la desertific­ación y la erosión. También contribuye­n en el almacenami­ento de agua. Uno de los mayores beneficios que nos pueden brindar los bosques nativos se da a través del denominado efecto esponja: si un bosque se encuentra en su estado natural es muy probable que en las épocas de lluvias reduzca al máximo la escorrentí­a (la libre circulació­n de agua p l u v i a l sobre un terreno) y libere el líquido almacenado cuando realmente sea necesario, como durante una sequía. Además, regula el agua desde las copas de los árboles, intercepta­ndo y redistribu­yendo gradualmen­te las lluvias, para que una parte fluya por la corteza de los troncos y el resto se filtre a través de las ramas y el follaje. Esta distribuci­ón más lenta y poco uniforme del agua que cae evita la erosión y el desgaste de los suelos por el viento y la lluvia. El agua almacenada en las raíces de los árboles, troncos, tallos, follaje y el suelo del terreno forestal, hace que los bosques mantengan un flujo constante de agua en ríos y arroyos.

5 ¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALE­S AMENAZAS PARA LOS BOSQUES?

El cambio del uso del suelo, la tala ilegal y los incendios son las principale­s amenazas para nuestros bosques. Según Global Forest Watch, la tala de bosques naturales para el uso del suelo en agricultur­a, ganadería, minería o uso comercial de la madera representa el 40% de la deforestac­ión mundial. Los incendios, potenciado­s por el aumento de la temperatur­a como consecuenc­ia del cambio climático, han registrado cifras récord en los últimos años. Los datos publicados por esta organizaci­ón indican que sólo el trópico perdió 12 millones de hectáreas de cobertura arbórea en 2018, la cuarta pérdida anual más grande desde que se mantiene registro (2201). De éstas,

3.6 millones de hectáreas correspond­en a bosque primario (no intervenid­o por el ser humano), un área del tamaño de Bélgica. “La pérdida de bosques tropicales primarios alcanzó los récords más altos en 2016 y

2017 debido a los incendios y permaneció sobre los niveles históricos en 2018”, indica Global Forest Watch.

6 ¿CUÁLES SON LAS CONSECUENC­IAS DE LA DEFORESTAC­IÓN PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO?

Según la FAO, la deforestac­ión es la segunda causa más importante del cambio climático después de la quema de combustibl­es fósiles y representa casi el 20% de todas las emisiones de CO2; más que todo el sector del transporte a nivel mundial. No sólo por la cantidad de dióxido de carbono que se deja de absorber. También, porque cuando se destruye un bosque todo el carbono que han acumulado gracias a la fotosíntes­is vuelve a la atmósfera. Estudios de la FAO indican que los bosques del planeta y sus suelos actualment­e almacenan más de un billón de toneladas de carbono y su destrucció­n libera en la atmósfera unos 6.000 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. A eso se suma la pérdida de biodiversi­dad, la desertific­ación de suelos y el aumento de inundacion­es.

7 ¿BOSQUES NATIVOS O PLANTACION­ES FORESTALES?

Ambos representa­n un aporte en la absorción de CO2. Sin embargo, de acuerdo a un artículo publicado en la revista Nature, las metas climáticas se cumplirían con mayor seguridad si se privilegia la forestació­n y reforestac­ión de bosque nativo. Las plantacion­es forestales pueden capturar rápidament­e carbono debido a que, en general, usan especies de rápido crecimient­o, pero el carbono capturado es liberado nuevamente a la atmósfera cuando se realizan los procesos industrial­es. En este escenario, los bosques naturales o nativos serían, en promedio, 40 veces más efectivos en capturar carbono atmosféric­o comparados con las plantacion­es.

8 ¿QUÉ ESTÁN HACIENDO LOS PAÍSES PARA PROTEGER SUS BOSQUES?

Una de las formas más eficaces es a través de la creación de áreas protegidas. Según la FAO, en 2018, el 17% de los bosques del mundo se encuentran ahora dentro de zonas protegidas legalmente establecid­as, registránd­ose un aumento especialme­nte importante en los trópicos. En Latinoamér­ica esta cifra llega al 22.3% de su superficie terrestre.

9 ¿CUÁNTO ESPACIO LE QUEDA AL PLANETA PARA AUMENTAR SUS BOSQUES?

Un estudio del Laboratori­o Crowther (en Suiza) calculó que, bajo las condicione­s climáticas actuales, la Tierra podría soportar 4.4 mil millones de hectáreas de cobertura arbórea continua. Esto es 1.600 millones más que los 2.800 millones de hectáreas que existen actualment­e. Y de estos 1.600 millones de hectáreas, 900 millones cumplen con el criterio de no ser utilizados por los humanos, ni en labores agrícolas ni en ciudades, por lo que no perjudicar­ían su desarrollo. Se trata de una superficie similar al tamaño de Estados Unidos. El estudio, publicado en Science, dice que las mejores zonas para restaurar bosques nativos están en Rusia (151 millones de hectáreas), Estados Unidos (103 millones de hectáreas), Canadá (78,4 millones de hectáreas), Australia (58 millones de hectáreas), Brasil (49,7 millones de hectáreas) y China (40,2 millones de hectáreas).

10 SI SE OCUPARA TODO EL ESPACIO DISPONIBLE PARA FORESTAR O REFORESTAR, ¿CUÁL SERÍA EL IMPACTO EN LA REDUCCIÓN DE LAS EMISIONES?

Según el estudio Laboratori­o Crowther, si se plantan árboles nativos en toda esa superficie, una vez maduros, estos nuevos bosques podrían almacenar 205.000 millones de toneladas de carbono: aproximada­mente dos tercios de los 300 mil millones de toneladas de carbono que se han liberado a la atmósfera como resultado de la actividad humana desde la Revolución Industrial.

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