Desigualdad: la profunda brecha que colapsó e hizo explotar la crisis
Encuesta CEP conocida el jueves da cuenta que ésta es la principal causa del estallido social para los chilenos, mientras expertos critican que los cambios profundos no se están realizando.
No es algo nuevo ni que no se sepa, lo llamativo es que no se avanza a la velocidad que la gente demanda. La desigualdad de ingresos en Chile es un problema latente, pero ahora explotó como una olla a presión en medio de la crisis social.
Entre todos los datos que trajo la última encuesta CEP, este problema apareció ya que 55% de los encuestados le atribuye ser la principal razón que originó las protestas. Pero cuando destacan datos como la pobreza que ha caído 27,4 puntos porcentuales entre el 2000 y 2017 o que el índice Gini –que mide la inequidad de los países- también ha bajado, sin duda hay algo que no cuadra y esas cifras macro no conversan con la realidad.
“Lo que pasa en términos políticos es que Chile carece de una institucionalidad capaz de procesar esta demanda y los actores políticos están completamente desconectados de la ciudadanía y eso no les permitió leer el problema”, sentencia Rossana Castiglioni, académica de la Escuela de Ciencia Política de la U. Diego Portales.
Y si bien estas cifras muestran a un país exitoso, lo que hay en el fondo, según la docente, es un alto grado de precariedad, ligado a cómo se construyó el modelo económico y de sociedad.
“En la proteccion social tienes tres pilares: el Estado a través de su institucionalidad; por el otro lado está la familia, y por otra parte esta el mercado y es la gente que tiene capacidad de pago compra ese cuidado”, sostiene.
Pero añade que lo que sucedió fue que Chile “el proceso de marketización fue muy marcado. El Estado se retiró de la provisión de bienes y servicios para los sectores medios”.
Por mucho tiempo también se proyectó al país como un ejemplo de desarrollo en la región, pero lo que parece ser una ventaja, también generó en parte esta crisis. “Cuando tú tienes un proceso de modernización vetiginoso, las expectativas de las personas acompañan esos procesos y espero que la situación personal mejore”, explica Castiglioni. Sin embargo, añade que cuando ambos procesos se separan, “entonces se produce una brecha inaceptable”, porque las expectativas se disparon y la realidad no fue en paralelo a eso.
Sin embargo, es evidente que la desigualdad es un concepto bastante más amplio y es lo que se ha visto en cada protesta pacífica.
“Claramente esta desigualdad de ingresos es más amplia, pero se refleja en otras cosas”, subraya Aldo Madariaga, académico del Centro de Economía y Políticas Sociales de la U. Mayor, quien agrega que “la demanda más importante es por dignidad”.
En ese sentido, resalta que una de las variables más importantes es la desigualdad de trato, “desigualdad social donde el que tiene más ingresos se siente superior socialmente”.
Agenda paralela
La discusión ahora está en si la Constitución puede mejorar esta grieta existente o si se puede avanzar en paralelo con una agenda social. Pero ¿qué se puede hacer?
Madariaga explica que los países que tienen menos grados de desigualdad lo han hecho de muchas formas, pero explica dos modelos: “los países europeos tienen muchas desiguadades y corrigen con impuestos y el otro modelo son los países asiáticos como Japón y Corea que corrigen la desigualdad a través de empleo y salarios”.
¿Cuál de los dos se podría implementar en Chile? “Veo difícil que los empresarios empiecen a subir los sueldos por lo que no veo que ese sea el camino”, sentencia el académico de la U. Mayor.
Asimismo, la docente de la UDP complementa diciendo que “con la estructura tribiutaria actual es difícil pensar en transformaciones de fondo”. Además se lamenta que no ve planificación real para avanzar con una agenda social paralela al proceso constituyente.
“Falta agenda de corto y de largo plazo con metas específicas y definidas, que defina los recursos que se van a destinar”.
Sin embargo, Madariaga añade que no todo tiene que ver con más plata para gastar y da un ejemplo. “Hay muchas demandas que son muy importantes, como el agua y la escasez hídrica y para eso no se necesitan recursos”, sino que apunta a las normas que regulan los derechos de agua.