El Nobel que llegó de Macondo con guayabera
Gabriel García Márquez agradeció el Premio Nobel de Literatura con su magnífico discurso “La soledad de América Latina”. El escritor rindió homenaje a Pablo Neruda y mencionó a Chile en su referencia al continente.
Páginas tiene “Cien años de soledad”, la obra culminante de Gabriel García Márquez.
Daniel Pérez Pavez Gabriel García Márquez dejó su huella en los libros que brotaron del alma de Macondo y también en otros gestos que marcaron una vida apasionante. Camarada de Pablo Neruda, admirador de Salvador Allende y “amigo de Chile”, según su definición, el escritor habló de las grandezas y miserias del continente cuando el 21 de octubre de 1982 subió al estrado en Estocolmo para recibir el Premio Nobel de Literatura vestido entero de blanco y con la típica guayabera caribeña.
La Academia Sueca lo distinguió por “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los conflictos de un continente”. En su discurso de aceptación titulado “La soledad de América Latina”, habló de “esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con su leyenda”.
Gabo y el rey.
También recordó que “ha habido 50 guerras y 17 golpes de Estado, y surgió un dictador luciferino que, en nombre de Dios, lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo”.
Cuando bajó del estrado confesó que “al darme el premio han tenido en cuenta la literatura del subcontinente y me lo han otorgado como una forma de adjudicación de la totalidad de esta literatura”.
En la pomposa ceremonia el rey Carlos Gustavo le entregó un cheque por US$157 mil que Gabo destinaría a la beneficencia pública. Y en el lujoso banquete de celebración, el hombre cuya leyenda real de Macondo se hizo planetaria, se mantuvo fiel a su traje de lino y aplaudió la música de cumbia y ballenato que interpretó una orquesta, casi como una escena sacada de algún baile remoto del coronel Nicolás Márquez, su abuelo real que aparece en la novela “El Coronel no tiene quien le escriba”.