Para taparse la cara de vergüenza
Colo Colo cayó por 2-0 ante La Serena en el Monumental y se hundió en el fondo de la tabla. Los “albos” quedaron a 5 puntos del rival más cercano.
Nueva derrota. En un duelo clave por salir desde el fondo de la tabla, Colo Colo pierde por 2-0 ante La Serena en el Monumental.
Lejos. Con la caída ente los serenenses, a los albos les cuesta al menos dos partidos el poder salir del fondo de la tabla de posiciones.
Pobre registro. Bajo el mando de Gustavo Quinteros, el equipo no levanta y el DT sigue argumentando problemas físicos para justificar el mal rendimiento.
Hay algunos que creen en los fenómenos paranormales, pese a que la ciencia ha demostrado con consistencia la inexistencia de las ilusiones causales, aquellas situaciones en las que asoma una percepción aparente de una relación causa-efecto donde sólo existen coincidencias. En el folklore futbolístico, sin embargo, llega un punto en que se empieza a admitir la presencia de ciertas presencias sobrenaturales. Puntualmente, del “Fantasma de la B”. Y en el feriado de ayer, uno religioso, cayendo por 2-0 en el estadio Monumental ante La Serena, fue el punto de inflexión para Colo Colo, que indefectiblemente empieza a mirar sobre su hombro, sintiendo una presencia, un espectro, una sombra, que tironea a los suyos hacia abajo.
En la previa a recibir a los “papayeros”, se hablaba de un duelo clave. En una situación crítica, colista del campeonato, los albos recibían en casa a un rival directo, al cuadro que los antecedía en la tabla. Era la opción de salir de la posición
incómoda, y comenzar a dar el salto, tomar el segundo aire y remontar una temporada adversa hasta ahora.
La situación parecía propicia. Con Matías Fernández en plenitud, con Nicolás Blandi recuperado, ganarle a los serenenses poseía otro valor adicional: llegaba invicto a Macul en la segunda rueda, con cuatro partidos ganados en igual cantidad de juegos. Entonces, no era baladí superar al rival directo. Implicaba bajarlo y obtener un triunfo que supondría una bocanada de oxígeno para el alicaído espíritu del “Cacique”.
Pero en la cancha, a la hora de los “quiubos”, nada termina resultando como planifica Gustavo Quinteros ni como intenta ejecutar su plantel.
Colo Colo partió bien contra La Serena. Dominando, luciendo bastante. En resumen, como lo ha hecho, en general, desde que Quinteros se convirtió en el técnico de este equipo. Aunque Fernández no sea el generador de juego que se espera, ni Blandi tenga alguna ocasión frente al arco rival.
Porque este equipo albo puede dominar, pero no llega.
La visita ayer, en cambio, tuvo un contragolpe bien ejecutado a los 21 minutos, y terminó celebrando.
El gol convertido por Martín Tonso no fue más que la guinda de la torta de ese primer cuarto de partido, cuando La Serena administraba con criterio lo poco que tenía la pelota, jugando a que Humberto Suazo sacara a Juan Insaurralde y Maximiliano Falcón de su puesto, llevándolos hasta la banda de la mitad de cancha. Y, recibiendo de espaldas al arco rival, el “Chupete” se fabricaba faltas para extender la posesión “granate” y colaborar con el nervio local.
Con la ventaja, además, Colo Colo perdió los papeles. Ir a la carga sin coordinación y esperando que cualquier acción en el área terminara en el cobro de un penal era el argumento.
Así no se puede. Porque los albos no dispararon ninguna vez al arco de Zacarías López. Nunca estuvo realmente cerca del empate.
A los 82’, otro contragolpe con el “Cacique” jugado en su desesperación, termino en gol de Rodrigo Salinas.
Por segunda vez en su historia, cuando más importaba, cuando más lo necesitaba, La Serena victimiza en su casa a un Colo Colo que, con una fortaleza mental totalmente deteriorada y quedando 12 fechas, empieza a sentir y a ver fantasmas por todos lados.
“Nos está sucediendo lo mismo en muchos partidos. Cuando nos hacen un gol, entramos en un nerviosismo que no podemos controlar. Es un tema anímico, de presión, que nos hace jugar distinto a como lo hacemos cuando no nos hacen goles”.
GUSTAVO QUINTEROS Director técnico de Colo Colo