Jorge Baradit dispara contra los “dinosaurios de antes”
Escritor será candidato a la Convención y pide más espacio para independientes.
“No sé si Piñera debe entregar antes el mando o renunciar, pero sí sé que no es una persona idónea para el proceso de cambio que viene”.
El escritor postulará como independiente —en cupo del PS— a la asamblea que redactará la nueva Constitución, y aboga por más lugares en la papeleta para personas que no militan.
Marcelo González C.
Fue el miércoles de la semana pasada cuando el escritor Jorge Baradit publicó en sus redes sociales un video en el que contaba que va como candidato independiente a constituyente, apoyado por el PS en el Distrito 10.
Algo que a muchos no sorpendió, pero que al involucrado le llevó su buen tiempo decidir.
“Lo pensé varios meses antes de dar este paso. Yo quería, pero te preguntas si de verdad serás un aporte. Y me di cuenta de que podía serlo canalizando, no representando la voluntad popular. Eso es lo que percibo, que puedo ser un canalizador”, cuenta el también conductor de programas de TV basados en los temas que le hicieron conocido: el lado “B” de nuestra historia.
¿Por qué ir en un cupo del PS?
—Hace un par de meses dije en una entrevista que me gustaría ser constituyente, y me empezaron a llamar desde el PPD a la izquierda. Tuve muchas conversaciones y todo se redujo al PS, el PC y el Frente Amplio. Me sentía cómodo con cualquiera de los tres, porque son compañeros de izquierda y lo que necesitamos hoy es unidad. Y al final se fueron dando mejor las condiciones con el PS. ¿Cuáles son las condiciones de lado y lado?
—Tienen muy claro que mi independencia es absoluta. Yo no entraré al partido y además nunca he militado. Adscribo a los valores de la Comunidad por la Dignidad, un grupo al que pertenezco que defiende valores antineoliberales, antipatriarcales, solidarios y medioambientales, que surgió de asambleas populares posteriores al 18 de octubre de 2019. El PS fue muy generoso y su apoyo será con infraestructura y financiamiento. ¿Cómo analiza el proceso iniciado hace un año? —La gente está muy pendiente y más politizada que nunca, porque siente que el proceso les pertenece, que efectivamente es de ellos. Y la clase política debe asumir que esto es algo popular, no elitista.
Pero se ve que los partidos reflotan nombres de antaño y asumen que ellos deben dirigir lo que viene... —Los partidos no son tontos, y tienen claro que ya no pueden llevar a los dinosaurios que han ido reapareciendo. Tienen que llevar candidatos independientes. El 80/20 del Plebiscito indica que las personas no van a votar por miembros de los partidos políticos, cuya salida para recuperar algo de confianza es darles a lo menos el 50% de los cupos competitivos a los
independientes. De lo contrario, lo que viene será un fracaso y habrá una debacle y decepción.
¿Cómo imagina lo que viene?
—Vamos a ver a mucha gente votando el 11 de abril, porque históricamente los chilenos somos institucionales. Por ejemplo, cuando en los sesenta y setenta del siglo pasado estaban en boga la revolución cubana y el camino de las armas, nosotros optamos por una vía institucional al socialismo. Ahora la gente votó en alta cantidad en el Plebicisto, mostrando que quiere una nueva Constitución hecha por un órgano elegido en su totalidad.
Ese modo institucional ha hecho que muchos abandonen las calles.
¿Qué responde cuando se apunta a la violencia generada por el estallido social? —Se dice que la violencia es la partera de la historia. No estaríamos hablando de una nueva Constitución si el pueblo chileno no se hubiera levantado para manifestarse, protagonizando un fenómeno masivo a nivel nacional. La violencia es algo adyacente y residual, por ello en manifestaciones de un millón de personas solo 50 causan destrozos.
Pero esos 50 perjudican a muchos...
Es muy distinta la manifestación de los momentos de violencia. Y hay que entender que la violencia tiene un origen que se puede entender, pero sin justificarla. La violencia también surge con mucha fuerza del Estado por medio de represión, elementos químicos, disparos y mutilados. En Chile nadie puede levantar el dedo y acusar a alguien de iniciar la violencia, que es generalizada. ¿Tiene fe en el proceso? —Sí, asumiendo que las luchas del pueblo chileno nunca han sido fáciles. Son duras y a contrapelo. Cometen un error los que esperan que estén dadas todas las condiciones para participar, pero ya estamos embarcados.