En tiempos de protocolos, hay que meterle cabeza a otro
En el Coquimbo-Curicó, Cavalleri siguió jugando, pero tuvo que salir por un choque con Berardo. Mientras en la NBA y en la NFL hay mucho cuidado con estos golpes, en el fútbol recién empieza a discutirse. El Sindicato de Futbolistas manifiesta su preocu
Juan Ignacio Gardella B. y Pablo Vargas Zec
En tiempos de covid-19, la palabra “protocolos” ha pasado a ser pan de cada día en el lenguaje deportivo. En el fútbol, la Comisión Médica de la Anfp tuvo que elaborar uno sanitario bastante estricto para que el Gobierno le diera luz verde al retorno de la actividad.
En esa línea, bien vale la pena preguntarse por otro protocolo, que se aplica en otros deportes, pero que todavía no ha llegado al balompié chileno. Esta semana, un par de golpes de cabeza generaron preocupación.
El primero se dio en el partido entre Universidad Católica y Everton, el martes. Gonzalo Tapia y Álvaro Madrid protagonizaron un choque, aunque finalmente ambos pudieron continuar jugando sin problemas.
No ocurrió algo igual el miércoles, en el encuentro entre Coquimbo y Curicó. Recién iniciado el duelo, al minuto de juego, Nicolás Berardo y Matías Cavalleri impactaron sus cabezas, y los dos quedaron sangrando.
Mientras el defensa “pirata” pudo seguir en la cancha hasta el término del compromiso, con un visible vendaje, el delantero “tortero” intentó hacer lo mismo. Sin embargo, promediando el primer lapso, tuvo que ser reemplazado.
En la NBA o en la NFL, por ejemplo, existe un “protocolo de conmoción cerebral”. El básquetbol siguió los pasos del fútbol americano, luego de que esta última liga tuviera una batalla legal contra ex jugadores por casos de alzheimer y demencia, por impactos no tratados.
En el baloncesto estadounidense, un jugador que se pega un cabezazo debe salir del parqué y ser revisado, y no puede volver hasta que tenga la autorización médica. Además, varios se han perdido buena cantidad de partidos por lo mismo.
La Fifa recién aprobó en diciembre pasado el ensayo de cambios adicionales de futbolistas que sufran traumatismos craneoencefálicos. Las pruebas debían empezar este mes, en las federaciones que así lo solicitaran.