Síntomas y manifestaciones
La pandemia que soporta el mundo hace ya un año genera en mucha gente cuadros de desmotivación y estrés. Como resultado, una parte de la población comienza a flexibilizar su respeto a las normas sanitarias y, finalmente, se atreve a romperlas, con los riesgos epidemiológicos que conlleva.
“La ‘fatiga pandémica’ describe el agotamiento que ha significado para la mayoría de las personas este último año viviendo en torno al covid-19. Se genera por estar preocupado de manera constante por las medidas de prevención conocidas por todos, por las restricciones de movilidad, por la imposibilidad de ver y reunirse con familiares y amigos, por no tener opciones de esparcimiento, y por el estrés laboral y familiar”, resume Ignacio Silva, infectólogo y académico de la Dirección de Posgrados de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago. Claudio Acevedo, académico de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello y experto en salud mental, agrega que “este cansancio generalizado tiene un importante componente de salud mental. Y las medidas del Gobierno, que han sido muy cambiantes e inciertas, pues varían a veces de una semana a otra, impactan todavía más en una población estresada y temerosa ante la posibilidad de enfermarse. Aparte, ver a otros haciendo caso omiso del autocuidado que la mayoría de la gente mantiene va generando sentimientos de incomodidad, desagrado, molestia y disconformidad, que se suman a este agotamiento emocional por un estado constante y sostenido de cargas mentales y físicas”.