El “carnicero de Uganda” que cometió genocidio y murió en el destierro
Amin asume el poder en Uganda luego de un cruento golpe de Estado contra el presidente Obote. El dictador africano reconoció que comía carne humana y Amnistía lo acusó de 300 mil muertes.
Daniel Pérez Pavez
El 25 de enero de 1971 Idi Amin Dada asumió como presidente de Uganda y con el tiempo llegó a convertirse en uno de los personajes más tenebrosos de la historia.
Durante sus ocho años de régimen dictatorial, murieron alrededor de 500 mil personas y su país quedó sumido en la miseria. Al final, luego de sus atrocidades en el poder, permaneció exiliado durante 20 años y murió en Arabia Saudita.
Amin se convirtió en un personaje tan exótico como siniestro. La prensa hizo famosas muchas frases propias de su desquicio como aquella que afirmaba que “me gusta comer carne humana porque es más blanda y salada y es lo que más extraño cuando estoy fuera del país”.
Amin se jactaba de su fuerza física, tras ser diez veces campeón de boxeo peso pesado. Era casi analfabeto cuando a los 20 años se enroló en el Ejército británico, hasta llegar a ser designado comandante en jefe del Ejército ugandés.
El 25 de enero de 1971, Amin aprovechó la ausencia del presidente Obote
Años estuvo Amin en el poder de Uganda, cometiendo increíbles atrocidades. para dar un cruento golpe de Estado tras el que implantó un régimen de terror y excentricidades.
Idi Amin Dada es uno de los personajes más siniestros de la historia.
Después de su década de corrupción y abusos en el poder, el Tribunal de Justicia de La Haya lo acusó de genocidio. Amnistía Internacional reveló que se realizaron 300 mil ejecuciones de sus detractores, aunque estudios internacionales posteriores elevaron el número a medio millón de víctimas del “carnicero de Uganda”, uno de los dictadores más
salvajes del mundo.
La disidencia interna y el intento de Amin de anexar la región de Kagera de Tanzania en 1978 llevó a la Guerra Uganda-Tanzania y la posterior caída de su régimen déspota. Amin huyó al exilio, primero en Libia y desde 1980 en Arabia Saudita, donde no pudo escapar a la muerte ni al desprecio mundial.