Comunero mapuche fue despedido con disparos al aire
Pablo Marchant tuvo un masivo funeral, donde incluso hubo hasta ráfagas de metralleta.
Tal como lo sugería la guardia armada que lo veló, el comunero mapuche Pablo Andrés Marchant Gutiérrez, miembro de la Coordinadora Arauco Malleco y muerto “en combate” el viernes 9 de julio -según lo reconocieron sus propios compañeros- fue sepultado ayer en medio de ráfagas de metralleta.
A la ceremonia fúnebre del exestudiante de Antropología de 29 años, que recibió un disparo en la cabeza en medio de un sabotaje a la Forestal Mininco, llegaron miles de personas, que
lo despidieron en el marco de un Eluwun, un funeral tradicional mapuche dedicado a un weichafe, o guerrerro,
que era el estatus de Marchant.
En medio de esa ceremonia, realizada en el exfundo
Pidenco, en Lumaco (a unos 53 kilómetros de Angol) y como lo reflejan varios videos disponibles en las redes sociales, se escucharon sucesivas ráfagas de balazos.
La situación no dejó indiferente al Gobierno, que a través del subsecretario de Interior, Juan Francisco Galli, criticó fuertemente el hecho y dijo que “las imágenes de las armas de fuego de alto calibre que vimos hoy, exhibidas en el funeral de una persona que falleció en el contexto de un ataque incendiario en que resultó también gravemente herido un adulto mayor, trabajador forestal, son sólo el reflejo de lo que venimos denunciando hace mucho tiempo en la macrozona sur”.
Galli recordó luego que “llevamos meses incautando drogas, armas y desbaratando bandas dedicadas al narcotráfico en la macrozona sur. No ha sido fácil, como consecuencia de ello perdió su vida el inspector Morales en Temucuicui y también fueron asesinados el suboficial mayor Eugenio Nain Caniumil y el sargento Benavides”, agregó.
En la víspera del funeral, el fiscal vocero de La Araucanía, Miguel Rojas Thiele, había advertido que “guardan estricta relación con el alto poder de fuego que sustentan aquellas personas (...) los episodios vinculados a la violencia rural acaecidos en la región”.