Tips para huir de esta condición (en la medida de lo posible)
Siempre que se pueda, hay algunas decisiones y límites que el trabajador puede fijar de cara a su empleador al momento de determinar las condiciones laborales.
Respecto la pobreza de tiempo, hay algunas acciones que el propio trabajador puede desarrollar para evitar caer en ella, o bien disminuir su impacto.
Lissette Domínguez, psicóloga laboral y directora de Atracción de Talentos de la empresa de recursos humanos SOS Group, cree que “es innegable que en Chile las jornadas laborales son largas, y más encima perjudican los largos traslados desde la casa al sitio de trabajo y viceversa. Además, los que desarrollan el teletrabajo tienen un horario diluido y pueden trabajar más de 45 horas semanales,
por mal hábito o por sus jefaturas demandantes”.
La especialista, sin embargo, entrega algunos consejos para reducir la pobreza de tiempo.
“Hay que bajar el horario de la jornada laboral y avanzar luego en una definición al respecto. Se debe, en la medida de lo posible, buscar trabajos cercanos al hogar. Hemos visto que muchos optan por este factor al momento de postular a un empleo”.
La psicóloga añade que “las tres preguntas principales de los aspirantes son el sueldo, el horario y la ubicación de la empresa. Y hay rechazos si es grande la distancia que hay que recorrer. Si la oferta es muy buena, hay personas que hasta se cambian de vivienda para estar cerca del trabajo. Es
que una de las consecuencias de la pandemia es la valoración del tiempo destinado a mejorar la calidad de vida”.
Según Domínguez, los teletrabajadores “deben delimitar muy bien sus horarios y disponibilidad ante el empleador,
cumpliendo un lapso diario como si estuvieran en modo presencial. Junto con ello, las jefaturas de estos funcionarios remotos deben ser conscientes de la importancia del descanso. Es lo que se llama derecho a la desconexión
digital. En algunos casos, tanto presencial como remotamente, ni siquiera el pago de horas extra compensa el trabajo fuera de horario, que va en desmedro de la calidad de vida y aumenta la pobreza de tiempo”.
La representante de SOS Group plantea que “reducir la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales ayudaría en algo en este tema, pero no soluciona el problema... En cuanto la economía nacional lo permita, ojalá se pueda seguir avanzando aún más en reducir la jornada laboral, bajando de las 40 horas semanales. Y es vital avanzar también en una mayor equidad entre hombres y mujeres en las tareas domésticas y el cuidado de hijos u otras personas”.