El “Superclásico” es más caliente en el pospartido que en la cancha
El informe arbitral es tibio respecto a los incidentes en el estadio Monumental. Y Azul Azul acusa neglicencias. Desde Blanco y Negro apoyan la persecución legal de los agresores, pero deslindan algunas responsabilidades.
Los incidentes ocurridos antes del inicio, durante y después del “Superclásico” entre Colo Colo y Universidad de Chile, en el estadio Monumental, parecen elevar la temperatura de un duelo chato en la cancha, pero que tras el pitazo final se sigue jugando. O, al menos, eso parece. Conocido un tibio informe arbitral, se esperan castigos para el recinto de Macul, pero además hay denuncias desde los distintos flancos por los diversos sucesos que empañaron el desarrollo del espectáculo deportivo.
El informe de Cristián Garay es, más bien, sucinto. A diferencia de otros colegas, el réferi del “Superclásico” denunció todos los hechos, pero sin mayor detalle ni florituras, como ocurre en otros casos con incidentes menores.
Si bien el colegiado consigna los problemas más graves, como que “al minuto 74, lanzan, desde el sector Cordillera, al terreno de juego una ‘cortapluma’ abierta, mientras estaba recibiendo atención médica el jugador de Universidad de Chile, José Castro. Entregado el proyectil a los representantes de la ANFP”, además de los fuegos artificiales lanzados hacia la barra visitante o las pedradas lanzadas desde ese sector a la cancha, aún se cuestiona la decisión de Garay de haber seguido disputando el partido pese a la seguidilla de incidentes. Por lo mismo, el dossier del juez parece algo tibio respecto de la gravedad de los eventos.
Desde Azul Azul, denuncian una serie de agresiones. Por un lado, el bus donde llegó el plantel, que era seguido por uno más pequeño donde llegaron casi medio centenar de dirigentes, fue apedreado. Pero no sólo eso: Michael Clark, presidente de la concesionaria estudiantil asegura que la vicepresidenta de la institución, Cecilia Pérez, fue agredida con un golpe. La exministra había constatado lesiones. Lo mismo debió hacer el paramédico Juan Carlos Quiñones, quien recibió un piedrazo mientras atendía al lesionado José Ignacio Castro, promediando el segundo tiempo.
La dirigencia visitante acusa que hubo un ataque coordinado, con bengalas y fuegos artificiales, que apuntaron a los 1.800 aficionados de Universidad de Chile que estaban en la galería Magallanes, además de desprotección a quienes se ubicaron en la tribuna preferencial. Clark anuncia el inicio de acciones administrativas y legales, además de esperar disculpas de su par colocolino.
Desde Blanco y Negro, anuncian más que las clásicas “querellas contra quienes resulten responsables”. En un comunicado, la concesionaria además de repudiar los incidentes “puntuales”, asegura que están analizando las 32 cámaras de seguridad para identificar a los responsables y perseguirlos legalmente, así como también coordinar el trabajo con el fiscal regional de la zona Oriente.
Eso sí, desde Macul también salen algunos descargos. Por un lado, aseguran que el apedreo de los buses fue el resultado de un cambio de ruta del convoy, que habría sido decidido por el club visitante y no por Carabineros. Además, no pueden acreditar que Cecilia Pérez haya sido agredida físicamente, como se acusa, dado el resguardo ofrecido, pese a que los “azules” habría llegado hasta la tribuna Rapa Nui con barristas, usando las entradas de cortesía cedidas a la dirigencia visitante.
Tanto Estadio Seguro como la Anfp tildaron de inaceptables los hechos ocurridos en el “Superclásico”, y prometen perseguir a los responsables. Por lo pronto, los antecedentes han sido pasado al Tribunal de Disciplina de la entidad de Quilín, y Colo Colo, como organizador del espectáculo, arriesga castigos que van desde una amonestación a jugar cinco partidos sin público.