Para este caluroso verano 2024: la importancia de proteger tu piel
Cuando la exposición al sol es excesiva, las consecuencias pasan a ser negativas, por eso es necesario protegerse de los rayos UV para evitar el envejecimiento de la piel y las quemaduras.
La creencia general es que el protector solar es indispensable en verano, pero, aunque es verdad, hay que aclarar que es una verdad a medias. Tenemos claro que en la época estival la radiación es más intensa, pero la piel, especialmente del rostro también está expuesta a la luz solar durante la primavera, el otoño y el invierno, por lo que se hace necesario protegerla siempre. No hacerlo puede tener consecuencias para la salud de ella.
La piel es mucho más que la capa que recubre nuestro cuerpo: es un órgano -el más grande del ser humano- encargado principalmente de protegernos de todos los agentes externos que puedan resultarnos dañinos,
como los elementos químicos, radiaciones, infecciones, etc. Pero además de esta importante función protectora, la piel regula la temperatura corporal y la pérdida de agua, permite la síntesis de la vitamina D y nos aporta el sentido del tacto.
Por eso es fundamental cuidarla.De acuerdo con varios estudios, los casos de melanoma, el cáncer de piel más agresivo, aumentan un 10% cada año, por eso se recomiendan los hábitos de protección frente al sol y se hacen un llamado a la importancia de *
tomar conciencia de las consecuencias que el sol excesivo puede tener en nuestra salud. Y es que, muchas personas todavía siguen exponiéndose al sol de forma poco recomendable. Por ejemplo, se sabe que el 42% de las personas toma el sol en la playa entre las 12:00 y las 16:00 horas, cuando las radiaciones son más peligrosas.
Hoy podemos encontrar distintos tipos de productos que nos protegen del sol, que se clasifican en función del tipo de protección. En este sentido podemos encontrar desde cremas hasta vestimenta con protección frente a la radiación solar.
Los protectores solares dermatológicos son productos, normalmente en crema o de spray, que se aplican en la piel para evitar que las radiaciones UV la dañen. Hay filtros inorgánicos que reflejan la luz, impidiendo que los rayos penetren o filtros orgánicos que funcionan absorbiendo la radiación ultravioleta, de forma que captan la energía y la transforman para que sea inocua para la piel.
Las radiaciones son responsables de las quemaduras (UVB), el fotoenvejecimiento (UVA) y aumentan el riesgo de cáncer de piel. Los protectores solares faciales y corporales se clasifican en función del tipo de radiación UV del que protegen, así como de su FPS (factor de protección solar).
El FPS se refiere al grado de bloqueo del protector frente a las radiaciones UVB. El número de protección multiplica el tiempo de permanencia al sol de la piel sin que esta sufra daños por las radiaciones UVB. Una piel que sin ningún tipo de protección pueda estar 15 minutos al sol sin enrojecer, podrá permanecer 10 veces más (150 minutos) si utiliza un FPS 10; 15 veces más (225 minutos) si es un FPS 15 o 20 veces más (300 minutos) si es un FPS 20.