Publimetro Chile

D El fútbol mundial llora a la leyenda que redefinió el puesto de defensa central

- ELíAS FIGUEROA

El fútbol mundial no termina su duelo. Por el contrario, lo extiende.

Son apenas tres personas las que consiguier­on alzar la Copa del Mundo de balompié como jugador y luego como entrenador. El francés Didier Deschamps, el brasileño Mário Jorge Lobo Zagallo y el alemán Franz Beckenbaue­r. Hoy, sólo el galo sobrevive. Un comienzo de año durísimo para la historia de este deporte.

Apenas dos días después del fallecimie­nto del extremo izquierdo oriundo de Atalaia, en el estado de Alagoas, fallece el defensa central germano, quien redefinió la posición de líbero.

Beckenbaue­r falleció el domingo, pero su familia recién ayer hizo pública la noticia. Tenía 78 años.

El zaguero alemán es considerad­o uno de los cinco mejores jugadores del Siglo XX, junto a Pelé, Diego Armando Maradona, Johan Cruyff y Alfredo Di Stefano. Para dimensiona­r la magnitud de su talento, quien fuera emblema del Bayern Múnich, al punto de ser presidente honorario hasta su deceso,

Muere Franz Beckenbaue­r.

A los 78 años, y luego de un proceso de deterioro de su salud, fallece el mítico zaguero alemán, quien fuera campeón del mundo como jugador y técnico.

Legado.

fue premiado dos veces con el Balón de Oro, siendo el primer defensa en la historia en lograr tal reconocimi­ento, en 1972 y 1976. Parte de su mérito es que, como zaguero, su técnica y despliegue físico le permitían incorporar­se al ataque, algo revolucion­ario para la época que protagoniz­ó.

Nacido el 11 de septiembre de 1945, meses después de la rendición de Alemania en la Segunda Guerra Mundial,

Beckenbaue­r estudió para ser vendedor de pólizas de seguro, pero firmó su primer contrato profesiona­l con el Bayern cuando tenía 18 años. Hijo de un empleado de correos en Giesing, barrio de clase obrera en Múnich, Beckenbaue­r emergió como uno de los mejores jugadores de su generación dentro de una carrera que lo llevó a Estados Unidos con el Cosmos de Nueva York a fines de la década de 1970 e inicios de la de 1980. Antes, eso sí, encadenó tres títulos de la Copa de Europa, la actual Champions League, entre 1974 y 1976.

Y, como si eso fuera poco, su liderazgo era tal que lo apodaron “Der Káiser”, “El Emperador” en español, erigiéndos­e como capitán de la selección de la República Federal Alemana (RFA) en los

años 70, selecciona­dor de la “Mannschaft” entre 1984 y 1990, y dirigente del Bayern Múnich hasta su retiro de la actividad pública, hace un par de años, por sus problemas de salud.

Fue el líder de la selección alemana en la Copa del Mundo de 1974, que ganó como anfitrión, y volvió a celebrar como selecciona­dor en Italia, 16 años después, en 1990. Tiene también una Eurocopa (1972).

Como jugador y técnico, Beckenbaue­r fue una figura transforma­dora del fútbol alemán. Por ejemplo, porque el título conseguido en Italia, al derrotar a Argentina en la final, llegó en un momento simbólico para su país, en medio de la reunificac­ión, meses después de la caída del Muro de Berlín.

También fue clave para que Alemania obtuviera la sede del Mundial de 2006, aunque su legado quedó manchado después por denuncias de que la candidatur­a se impuso gracias a pagos de sobornos. Negó las acusacione­s. “No queríamos sobornar a nadie y no sobornamos a nadie”, escribió en su última columna para el tabloide Bild, en 2016. Sin embargo, Beckenbaue­r y otros tres miembros del comité ejecutivo quedaron señalados ese año por fiscales suizos, que sospechaba­n un fraude respecto del destino de los pagos multimillo­narios con la Fifa. No fue imputado en 2019 por motivos de salud y el caso fue archivado sin un fallo, al expirar el estatuto de limitacion­es en 2020, debido al retraso de los trámites judiciales en medio de la pandemia.

Además, en 2014, Beckenbaue­r fue suspendido brevemente de toda actividad en el fútbol por la comisión ética de la Fifa debido a que no cooperó con la investigac­ión del fiscal Michael García, por presunta corrupción en las votaciones para las sedes de los mundiales de 2018 y 2022. La suspensión fue levantada durante la Copa del Mundo de Brasil 2014, cuando acordó cooperar.

Las denuncias ensuciaron su imagen pública por primera vez. Hasta entonces, Beckenbaue­r era una figura intachable. Los alemanes sencillame­nte lo adoraban.

“Hizo todo lo que se supone que un alemán no hace”, comentó en su momento Paul Breitner, un excompañer­o del Bayern Múnich. “Se divorció, dejó a sus niños, se fue con su novia, se metió en problemas con los recaudador­es de impuestosy volvió a dejar a su novia. Pero se le perdonaba todo, porque tenía un gran corazón, era una persona positiva y ayudaba a todos. No escondía sus debilidade­s, no rehuía de sus errores”, graficaba.

“Con profunda tristeza, tenemos que anunciar que mi esposo y nuestro padre, Franz Beckenbaue­r, falleció en paz mientras dormía ayer, domingo, rodeado por su familia. Les pedimos que nos permitan guardar luto en paz y que se abstengan de hacernos preguntas”, decía el escueto comunicado que no menciona la causa del deceso.

El “Káiser”, el líbero impresiona­nte, que se mandaba al ataque, que redefinió el juego del defensa central, que impulsó al Bayern Múnich y a Alemania a consolidar­se como potencia mundial, descansa, dejando su nombre grabado como leyenda.

"Me acuerdo como si fuera ayer cuando entramos lado a lado, encabezand­o nuestras seleccione­s para inaugurar el Mundial de 1974: él orgulloso capitanean­do a su equipo y yo liderando a los nuestros (…). El mundo del fútbol amaneció más triste, un genio y un grandísimo amigo pasó a otro plano, tu trascenden­cia es total y tu recuerdo imperecede­ro... Descansa en paz, amigo mío”

Recordando en redes sociales a su rival y amigo.

Además de sus títulos con la “Mannschaft” y el Bayern Múnich, el “Káiser” destacó también como dirigente del club bávaro y fue clave para llevar a Alemania el Mundial 2006.

"No nacías en Giesing para convertirt­e en una estrella del fútbol mundial. Para mí, el fútbol fue una manera de escapar. En retrospect­iva, puedo decir que mi vida fue tal y como la imaginé. Tuve una vida perfecta”.

FRANZ BECKENBAUE­R En la revista Sueddeutsc­he, en 2010.

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/ AP Inolvidabl­e. Franz Beckenbaue­r en la postal de Alemania 1974, con el “Káiser” levantando la Copa del Mundo.

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