Magia negra, violencia política y música de Nirvana, una mezcla explosiva en la Galería Gabriela Mistral
La muestra “La pista oculta”, del artista Javier Rodríguez, se exhibirá hasta el 29 de marzo.
Hasta el 29 de marzo una historia llena de misterio se estará develando en las dos salas de la Galería Gabriela Mistral (GGM). “La pista oculta”, del artista Javier Rodríguez Pino, presenta un relato sobre tres estudiantes de arte que desaparecen en la primera mitad de los años 90, dejando muchas preguntas a su alrededor.
Se trata de la primera de las tres propuestas artísticas que fueron seleccionadas en la Convocatoria 2024 de la GGM y a través de ella Rodríguez profundiza en su línea de investigación, que busca aproximarse a la experiencia cinematográfica desde la imagen fija del dibujo, trabajando con relatos de terror e historias vinculadas a la violencia política en Chile.
El autor va revelando así elementos como la militancia política, el grunge del grupo Nirvana, las prácticas espiritistas y de magia negra. Todo ello develado por supuestos testigos que conocieron a las estudiantes y que aún se preguntan por ellas.
La muestra contempla dibujos en distintas técnicas, como tinta china y lápiz grafito, que en un formato de cómic, y en estilo documental, van enhebrando los testimonios de personas que han seguido las huellas o conocieron a las jóvenes desaparecidas.
También hay entrevistas documentales en formato de video que van entregando otras pistas que intentan ayudar a entender lo ocurrido.
Según expresa la curadora Soledad García, Javier Rodríguez “profundiza en historias espesas junto a las melodías de la cultura de masas, para encontrar las emociones que sostienen y envuelven las subjetividades de una época que están conectadas también con su biografía”.
De hecho, Rodríguez afirma que en esta muestra trabaja con elementos de su adolescencia, como su tem-* prano interés por la música de Nirvana, el espiritismo, las brujas, los relatos de terror, la historia de Chile y los escenarios de violencia política.
El artista entró a estudiar en el año 2000 a la UMCE, conocida como el ex Pedagógico, mismo lugar donde se ambienta el relato de la desaparición de las estudiantes en los primeros años de la década del 90.
“Esta historia está ligada a mi propia subjetividad. Lo que me interesa de ella es poder depositar mis propias inquietudes y obsesiones”, cierra Rodríguez.