Una vida deportiva enmarcada en Blanco y Negro
Sebastián Piñera fue el máximo accionista de la concesionaria que administra a Colo Colo. Y, como Presidente de la República, hubo avances en infraestructura.
J. I. G. B. y P. V. Z.
La historia de Sebastián Piñera con el deporte tiene, a principios de 2006, un giro inesperado.
Pese a ser hincha confeso de Universidad Católica, el verano terminaba con el político y empresario comprando un gran paquete de acciones de Blaco y Negro, y se convertía en el controlador del destino de la concesionaria que administra a Colo Colo.
Luego de cuatro años, ya como Presidente de la República, luego de un fideicomiso, vendería su participación en el club cerca de Navidad. Sin embargo, no sería hasta octubre de 2016 cuando se conocería parte de la historia que lo llevó a convertirse en el mayor accionista “albo”.
Fue su hermano Miguel, el “Negro”, quien confesó la estrategia
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que hubo detrás de la compra. Y fue, precisamente, como parte de la campaña para posicionarse como candidato a la máxima magistratura.
“Cuando recorrimos Chile, siempre animaba a la gente. (Preguntaba a la audiencia) ‘¿Quién manda aquí, los hombres o las mujeres?’ ‘¿Quién es de la Católica?’ Y se veían 10 manitos. ‘¿Quién es de la ‘U’?’ 30 manitos. ‘¿Y de Colo Colo?’ 50 manitos. Ahí le dije: ‘hermanito, si querís (sic) ser Presidente, tenís (sic) que ser colocolino’, y salió poh”.
Su gestión en ByN estuvo marcada por éxitos deportivos, con cuatro títulos nacionales y la final perdida de la Copa Sudamericana.
Luego, ya instalado en La
Moneda por primera vez, se alejó definitivamente de la vida de clubes, pero el deporte tendría relevancia en su gestión, con algunos capítulos que quedarían marcados en la cultura popular, como cuando le tocó despedir a la selección chilena de fútbol al partir a la Copa del Mundo de Sudáfrica, en una visita de la “Roja” a Palacio que estuvo marcada por el desencuentro con Marcelo Bielsa, por entonces técnico nacional.
En su primer gobierno, además, se gestaron los Juegos Suramericanos de Santiago 2014, que implicaron el despegue en la infraestructura deportiva capitalina. También se trabajó en la preparación de los recintos para la Copa América de 2015, torneo que - eso sí- se desarrolló bajo el mandato de Michelle Bachelet.
Ese primer período estuvo marcado por el revés para conseguir los Juegos Panamericanos de 2019, que terminaron siendo en Lima.
En su segundo gobierno, dejó otra postal. En agosto de 2020, en el arco sur del Estadio Nacional, en el anuncio del retorno del fútbol tras la pandemia, con terno y mascarilla, intentó atajarle un penal a Esteban Paredes.
La relación de Piñera con el deporte, desde la política, fue uno de sus sellos.
“Desde niño fui hincha de Católica y nunca lo he negado. Después, Colo Colo estaba en la quiebra y a punto de desaparecer, y con un grupo de amigos dijimos: ‘Hagamos algo distinto, realicemos algo grande, y compremos el club para sacarlo de la quiebra’”.
SEBASTIáN PIñERA
En 2016, a radio Rock&Pop