Seguridad: las dudas de sacar la FF.AA. a la calle
En estados de excepción, como en la Macrozona Sur; en toques de queda, como durante la pandemia o ahora en los incendios en Valparaíso; o encargados por ley en la frontera norte. Son ejemplos de la utilización de militares para tareas de resguardo del orden público, una posibilidad que para algunos está decidida y que para otros debe discutirse, de cara a combatir la crisis de seguridad que vive el país.
Si se llamará a las Fuerzas Armadas o no depende aún de varios pasos. Uno es la aprobación del proyecto de ley de Infraestructura Crítica, que en marzo debería avanzar en el Congreso, porque por estos días se vive el receso por las vacaciones de los parlamentarios. Esa normativa, de aprobarse, dará la facultad a las autoridades de pedir la ayuda de militares para resguardar puntos claves.
Qué infraestructura es crítica es una decisión que no puede quedar en discusión, sino que claramente establecida en la ley, pues aunque no habría dudas de que una central eléctrica sí lo es, se ha discutido si también lo es un hospital, una estación de trenes o, como proponen agricultores y transportistas en la zona sur, una carretera, pero que ubicaría a los militares en relación directa con las personas y no cuidando accesos.
La idea del Gobierno es que los militares estén “donde hay infraestructuras importantes que prestan servicio de alto impacto en la población, como estaciones de trenes, de transporte público, se pueda desplegar un perímetro de seguridad con lo cual se logra un efecto disuasivo y además se libera a fuerzas policiales en
funciones que son insustituibles y donde los militares no los pueden reemplazar”, de acuerdo con la explicación que ha dado la ministra del Interior, Carolina Tohá.
Pero hay otra norma que no puede estar en el aire si es que los uniformados son llamados a cumplir estas misiones: una ley de Reglas del Uso de la Fuerza (RUF), que establezca con claridad cuáles serán las facultades del militar y cuáles no, lo que implicaría que sería perseguido penalmente en caso de la pasar la línea. En el caso de la Macrozona Norte, hay un reglamento claro que por ley estableció sus funciones, y en la Macrozona Sur, los márgenes se alojan en el articulado de los estados de excepción.
“Las FF.AA. manifestaron aprensiones respecto a los estados de excepción, nos dicen que tiene más riesgo que posibilidades de ayudar. La reforma constitucional que impulsó el Presidente Boric creó una modalidad distinta en que las FF.AA. pueden apoyar al control de la frontera y ha sido evaluada muy positivamente”, ha especificado Tohá.
No es lo único. También es fundamental, según las propias instituciones armadas, que se haga una capacitación para que los efectivos conozcan la manera en que se realizan acciones como control de identidad o detención de una persona y no necesitar siempre de la presencia de un policía acompañándolos para dar legitimidad a esos procedimientos, un asunto puesto sobre la mesa por los propios comandantes en jefe durante el Cosena.
En ningún caso el Gobierno piensa que las FF.AA. están evitando ser llamadas. Así lo cree el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve: “Veo que hay disposición de todos los poderes del Estado de colaborar en la seguridad. Se coincidió en que nadie considera útil el estado constitucional de excepción para desplegar fuerzas armadas en lugares altamente poblados, sino que consideran que la herramienta más útil es Infraestructura Crítica. De hecho, el comandante en jefe del Ejército habló en el Cosena de resguardar perímetros”.
Leyes. Es fundamental que primero se aprueben Infraestructura Crítica y Reglas de Uso de la Fuerza.
Excepción. La idea es algo muy distinto a la labor en la Macrozona Sur o la frontera norte.