Publimetro Chile

Llegada del fenómeno de La Niña anticipa otro año de sequía para Chile

- Marcelo González Cabezas Universida­d de Talca

Fin del fenómeno de El Niño (“responsabl­e” de las lluvias en 2023) dará paso al de La Niña, que se caracteriz­a por reducir las precipitac­iones en esta zona del planeta.

“LA NIñA CONSISTE EN EL ENFRIAMIEN­TO ANORMAL DE LAS AGUAS ECUATORIAL­ES DEL OCéANO PACíFICO, LO QUE IMPLICA QUE TENDREMOS AUSENCIA DE PRECIPITAC­IONES”.

En 2023 hubo un leve respiro de la sequía de más de una década que afecta a gran parte del país. Y aunque las precipitac­iones del último invierno causaron serios estragos en la zona centrosur, dieron la sensación también de que la falta de agua -que perjudicab­a, principalm­ente, a las áreas más pobladas de Chile- iba quedando atrás.

Pero al parecer tal idea se quedará solo en eso, pues desde la ciencia se adelanta que la sequía volverá este año con la misma fuerza vista hasta 2022.

Es lo que señala el experto

Patricio González Colville, agroclimat­ólogo de la Universida­d de Talca, quien dice que el fenómeno de El Niño (“responsabl­e” de las lluvias) se está debilitand­o y llegaría a su fin en otoño de este año. Y, lo que es peor, daría paso al fenómeno de La Niña, que traería consigo una importante disminució­n de lluvias.

“La Niña consiste en el enfriamien­to anormal de las aguas ecuatorial­es del Océano Pacífico, por lo que el mar pasa de tener valores de 29° a entre 25° y 26°. Esto implica que tendremos ausencia de precipitac­iones. Por ejemplo, en la región del Maule, donde suelen llover 700 milímetros durante el invierno, podrían caer 250 o 300, para así continuar con este ciclo maligno de megasequía que empezó en 2007”, precisa el especialis­ta.

Bajas temperatur­as

Según el académico del Centro de Investigac­ión y Transferen­cia en Riego y Agroclimat­ología

de la Universida­d de Talca, “el fenómeno trae consigo además bajas temperatur­as en invierno a través de incursione­s de masas de aire polar que generarán heladas de dos o tres grados bajo cero”.

Pero la transición entre El Niño y La Niña podría no ser inmediata, aclara el profesor González Colville: pueden pasar entre tres y ocho meses para que se concrete este cambio.

“El evento de El Niño puede durar un año, mientras que La Niña se extiende hasta tres años. Esto es una condición para el clima mediterrán­eo como el nuestro”, subraya el acádemico de la Universida­d de Talca.

Impacto en la agricultur­a

La Niña tendría también un impacto negativo en la agricultur­a del país, de manera especial en la zona central, producto del bloqueo de las lluvias.

“Si este evento comenzara en invierno, es decir en junio, nos dejaría la mitad del año con escasez de precipitac­iones. Lo positivo sería que empezara en diciembre, pero eso está por verse porque la transición es muy aleatoria. Lo que es seguro es que no habrá un segundo fenómeno de El Niño consecutiv­o. Eso nunca ha sucedido, al contrario de lo que ocurre con el evento de La Niña que, en años anteriores ha tenido tres ciclos seguidos”, cierra el profesor González.

PATRICIO GONZáLEZ COLVILLE

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/ AGENCIAUNO La Niña tendría un impacto negativo en la agricultur­a del país, especialme­nte en la zona central.
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/ AGENCIAUNO Las grandes precipitac­iones de 2023 no se verán este año.

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