Mientras Rusia vota, Medvedev apunta a la anexión de media Ucrania
Ya en la tarde de ayer, se iniciaba en el este del país una nueva reelección de Putin.
Ayer, a media tarde de Chile, comenzaron las elecciones presidenciales en Rusia. Ya era viernes en la península de Kamchatka, extremo oriental del país más grande del mundo (con una superficie que casi representa la suma de EE.UU. y Brasil) y los votantes acudían a las urnas casi con la certeza de que, más allá de sus inclinaciones, la suerte estaba echada: Vladímir Putin (71 años) sería electo para ejercer su sexto periodo a cargo del Kremlin.
De esa manera, el actual mandatario superará al dictador soviético Joseph Stalin, quien estuvo en el podser durante nueve años; Putin completará 30.
Todo ciudadano ruso mayor de 18 años, excepto los sujetos a una pena aflictiva de prisión, podrá votar. Serán 112,3 millones de personas en Rusia y las partes ocupadas de Ucrania ocupadas, además de 1,9 millones de residentes en el extranjero.
Sus rivales -independientemente de aquellos que han sido asesinados, encarcelado o exiliado- no tienen posibilidad alguna de imponerse, pues los sondeos indican que Putin obtendrá como mínimo un 70% de los votos. Ellos son Vladislav Davankov, 40 años, Partido Gente Nueva; Leonid Slutsky, 56 años, partido Liberal Democrático, y Nicolái Jaritónov, 75, Partido Comunista, ninguno de los cuales tiene perspectivas de alcanzar siquiera un 15%.
La participación, en tanto, alcanzaría el 71%, bastante más que en los últimos comicios de este tipo. Quien gane, es decir Putin, asumirá el próximo 7 de mayo.
En tanto, el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso y ex presidente ruso, Dmitri Medvedev, presentó
ayer la “Fórmula de Paz rusa” para poner fin a la invasión a Ucrania: rendición incondicional de Kiev, pago de compensaciones a Rusia y la anexión de todo el territorio ucraniano exigido por Moscú, lo que dejaría al país de Volodímir Zelenski reducido a la mitad de su actual superficie
y sin acceso al mar Negro. Eso, de acuerdo con un mapa que Medvedev presentó hace 10 días en Sebastopol.
A todo lo anterior se agregaría la imposibilidad de unirse a ninguna alianza militar.
Por cierto, todas las autoridades ucranianas saldrían de sus cargos y se deberá realizar una elección que debería contar con el patrocinio y control de las Naciones Unidas.
Según Medvedev, Ucrania sólo reconoce una fórmula de paz “descerebrada”, sugerida por “un payaso provinciano en mallas verdes” (Zelenski). El vicepresidente es, en rigor, la mano derecha de Putin desde siempre e incluso cuando fue nominalmente presidente, el poder real lo ejercía su amigo.