Adiós a Orlando Aravena, el técnico subcampeón de América marcado por el “Maracanazo”
Falleció el destacado entrenador que dirigió a la “Roja” y Colo Colo, entre otros equipos. “Fuimos subcampeones de América, tuvimos una selección competitiva que truncó un sicópata”.
La muerte de Orlando Aravena, a los 86 años, enluta al fútbol chileno como integrante de aquella generación de entrenadores clásicos que dejaron una huella propia en el desarrollo de la actividad, a partir del legado de profesionales como Luis Álamos, Luis Tirado, Fernando Riera, Francisco Hormazábal, Luis Ibarra, Luis Santibáñez y Pedro Morales, entre otros.
El técnico dirigió a la selección chilena que logró el subcampeonato de la Copa América de Argentina 1987 luego de golear 4-0 a Brasil, y también estuvo al frente de la “Roja” que protagonizó el retiro del estadio Maracaná en las eliminatorias de 1990, recibiendo luego el duro cas
tigo de la Fifa.
El Colegio de Entrenadores lo despidió con pesar, destacando que “Aravena tuvo una dilatada trayectoria en el balompié criollo, primero como futbolista en clubes como Magallanes, La Serena, Palestino, Colo Colo y Ñublense, para luego dedicarse a su labor como DT”. Su último trabajo en cancha fue dirigiendo a Santiago Morning en 2006 y luego se retiró. Aquejado de Alzheimer, y rodeado de su
familia, durante las últimas semanas estaba internado en una clínica a causa de diversas dolencias.
Como jugador fue un volante de gran fortaleza física y temperamento que tuvo su rendimiento más destacado en Colo Colo, entre 1966 y 1969. Ese rasgo dominante lo mantuvo para convertirse en un técnico que, más allá de lo físico y táctico, a sus equipos les exigía “guapeza y personalidad” en la cancha.
El recordado “Cabezón” Aravena –recalcan sus amigos-, “no se dejaba avasallar por nadie, le gustaba hacerse respetar siempre”, como expresaba a menudo su dupla en la “Roja”, el preparador físico Armando Aravena.
Reflejando ese carácter altivo, en una entrevista de los últimos años afirmó que “hice mejores cosas que Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli”, comparando su trayectoria con el aporte de ambos argentinos en nuestro país.
Dirigió a la selección chilena entre 1987 y 1989, con un total de 41 partidos, con 19 triunfos, 9 empates y 13 derrotas, registrando un rendimiento del 53,7%. Y la única vez que Chile goleó a Brasil en una competencia oficial, el técnico estuvo al frente de la “Roja” aquella tarde memorable del 4-0 con dos goles de Ivo Basay y otros dos de Juan Carlos Letelier.
La selección y un “sicópata”
Tras el deceso se multiplicaron los sentimientos de pesar y las condolencias en el ambiente deportivo. “Descanse en paz, profe”, escribió en sus redes sociales el exgoleador Iván Zamorano, a quien hizo debutar Aravena en la selección chilena. “Gracias por creer en mí y cumplir mi sueño de jugar por Chile”, agregó agradecido el exdelantero, cerrando su mensaje con una bandera chilena y el emoji de un rostro con lágrimas.
Quien se refirió con mayor tristeza a la muerte del entrenador fue el destacado exzaguero central de Unión Española, Palestino, Gremio de Brasil y la “Roja”, Fernando Astengo, reconocido discípulo y amigo de Aravena. “Mi relación con él fue durante un tiempo fue casi de padre a hijo. Por eso es súper dolorosa su muerte. Me quería como a un hijo y el afecto era recíproco”, expresó emocionado.
Astengo resalta que “seguimos siendo amigos fuera del fútbol. Siempre lo he recordado, tengo fotos suyas en mi casa, que cada cierto tiempo las miraba. Ayer le comentaba a mi señora que había sido súper importante para mí en el fútbol. Me provocaba las mismas sensaciones y sentimientos que mi papá: ‘es tu papi’, me decían mis compañeros. Y lo fue”.
Astengo jugó en aquel partido fatídico del Maracaná cuando el portero Roberto Rojas fingió una agresión tras el lanzamiento de una bengala, que marcó negativamente a un grupo de jugadores tras la pena de la Fifa.
En su análisis de esa “vergüenza deportiva”, Astengo cree que el fallecido DT pagó culpas ajenas. “Es complejo valorar su carrera, porque el final no fue lo que correspondía. Pagó una situación que no debiera haber pagado nunca. Eso marcó su carrera. Era técnico de la Selección. Y pudo haber dirigido afuera. Fuimos subcampeones de América, tuvimos una selección competitiva que la truncó un sicópata”, afirmó Astengo a La Tercera.
Con todo, prefiere recordar de él “lo mejor: era súper astuto. Tenía una forma muy particular de trabajar y los jugadores le teníamos mucho cariño. Fue injusto lo que le pasó. Porque él se esmeró. Viene de una camada de técnicos que no tuvo la tecnología ni los sistemas. Llegaba al camarín con mucha sensibilidad, paraba bien sus equipos. Como Santibáñez. Había que jugar de atrás hacia adelante, como pasa ahora también”, finaliza Astengo.