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JOSÉ MARÍA BULJUBASIC­H “No tengo ningún remordimie­nto por la elección de ‘Nico’ Núñez”

- Pablo Vargas Zec

José María Buljubasic­h asegura que hace unos tres meses que no circula por las obras del nuevo estadio San Carlos de Apoquindo. Algunos de los trabajador­es le saludan con afecto a la distancia, mientras el gerente deportivo de Cruzados no deja de sorprender­se con el avance, pues ya se ha terminado buena parte de la obra gruesa, mientras en las entrañas los camarines y algunas salas empiezan a verse casi listas.

“Desde que empezó el proyecto, todas las áreas de Cruzados estuvimos conectadas. Y, cuando empieza a avanzar, la gerencia deportiva participa en aspectos como las distribuci­ones de espacios... En general, en los detalles cotidianos, que son parte de la sensibilid­ad del deportista, que tienen directa relación con camarines, espacios para cuerpo técnico, recorridos internos para acceder al estadio, a la cancha, a la zona mixta, de ubicación de las familias para esperar a los jugadores... Luego participam­os en la decisión del tipo de superficie que tendrá el campo de juego, donde - en principio - no había opción diferente al pasto natural. Pero, al analizar la estructura del estadio con techo, se evalúa cómo tener una mejor superficie y de alto estándar permanente­mente. Con los análisis de la luz solar, de cantidad de agua y del uso, y siempre priorizand­o lo deportivo, tomamos la decisión de usar pasto artificial”, cuenta.

Debe ser un orgullo ver el estado de avance del proyecto…

— Uno, cuando estaba en el estadio anterior, lo veía y estaba contento: nos gustaba y enorgullec­ía, pero íbamos a Brasil u otro país y nos dábamos cuenta de la diferencia que había con otros estadios más modernos. Cuando volvíamos, nos dábamos cuenta de que había que actualizar el estadio, porque no era el lugar óptimo para recibir a un rival, respecto de las comodidade­s que teníamos cuando íbamos a Palmeiras o Corinthian­s... En nuestro caso, el estadio no es municipal, es un esfuerzo privado.

¿Este proyecto les ha restado en lo deportivo, más allá de

que insisten de que se trata de presupuest­os diferentes?

—Sí y no. Al decir que sí, sonaría a que se está poniendo una excusa y que en el momento deportivo del último par de temporadas no hubo errores, y sólo ha pasado porque se está construyen­do el estadio. No considero que sea así. Sí ha afectado inevitable­mente la localía: el ambiente y el estado de la cancha de Santa Laura no son los mismos de San Carlos, por los motivos que sean. Y son cosas que influyen en el rendimient­o. De cualquier modo, la inversión que implica la construcci­ón de un estadio hace que el foco de atención no sea exclusivam­ente deportivo. Entonces, ha afectado, pero hay que dejar claro que también hemos cometido errores.

¿Han traído refuerzos de menor calidad por presupuest­o, entonces?

— No. Los errores que hemos cometido desde la conformaci­ón del plantel no tienen que ver con el estadio, sino con hadar

cer el recambio en la transición de una situación positiva, como el tetracampe­onato, para renovarse en el éxito. No teníamos la experienci­a de lo que se genera después de un período exitoso tan extenso. Por eso hay que hacer la autocrític­a. Nos ha costado, llevamos dos años y cuatro meses donde, a pesar de todo, hemos podido clasificar a torneos internacio­nales, pero no es el lugar donde Católica tiene que estar. Ni es la forma, al estar cambiando entrenador­es muy seguido.

En los últimos mercados de refuerzos han fallado. Ha habido casos, como el de Nehuén Paz, a quien firmaron un contrato de cuatro años que complicó su salida para fichajes que el técnico de turno sí quería. ¿Cómo se explica eso?

— Hay cosas que no se notan, pero que son evidentes: cuando se juega fase de grupos de la Copa Libertador­es, los recursos que se disponen son mayores y armar un plantel siempre es más fácil. Luego, prefiero no

nombres, pero el caso de Nehuén u otro no lo analizo puntualmen­te, porque cualquier refuerzo que llega y el equipo está en una dinámica ganadora y positiva, segurament­e rendirá. Si, por el contrario, el refuerzo llega en un ciclo negativo, a lo mejor no rendirá. Entonces, la duración de un contrato puede ser un error, porque el tiempo que traes a cualquier jugador es un asunto que debes revisar. Cuando las cosas no funcionan, cuesta más armar el grupo - que es diferente a armar el plantel - y, además, se suman más nuevos elementos en busca de mejorar el rendimient­o. Eso es lo que hemos detectado que nos ha costado en 2022 y 2023. Ahora estamos buscando la forma de empezar a crecer de nuevo, tal como lo hicimos en 2018.

Tiago Nunes llega ante la urgencia, pero ¿viene sólo hasta fin de año?

— Tiago fue el primer técnico que entrevista­mos cuando empezamos la búsqueda. Y, desde ese primer contacto, nos dejó una muy buena impresión. Luego, cuando empezó la negociació­n, nació de él la propuesta de hacer contrato hasta fin de año, sin cláusula. Segurament­e, ambas partes iremos evaluando qué se quiere hacer en 2025 y negociarem­os, llegado el momento, si ambos queremos seguir trabajando juntos.

En la previa del clásico ante Colo Colo, el gerente deportivo de Cruzados repasa el convulsion­ado último período de Universida­d Católica, sin rehuir responsabi­lidades respecto de los recientes mercados de refuerzos ni las elecciones de técnicos. Además, asegura que el reconocimi­ento a su gestión no es relevante y que no se puede ganar siempre.

¿Pero ya hay interés en que se quede?

— Es muy prematuro para pensar en eso. El foco ahora es retomar una dinámica positiva y los resultados. Desde marzo del año pasado que no ganábamos dos partidos consecutiv­os, por lo que hay una señal importante de que nuestra dinámica no venía siendo positiva. Entonces, estamos concentrad­os en afirmar este crecimient­o.

Están claros los errores de la segunda gestión de Ariel Holan, cuando le dieron libertad para los fichajes, pero ¿qué hay respecto de los errores desde su área con Nicolás Núñez?

— Primero, vale aclarar que el proceso de incorporac­iones ha sido el mismo con todos los técnicos. Es una dinámica que hemos tenido desde siempre e, incluso, el año pasado asumí las responsabi­lidades en la conformaci­ón del plantel, donde tal vez había pocos mediocampi­stas por la forma como queríamos jugar. Eso es una responsabi­lidad de la gerencia deportiva. Y con “Nico” llegamos a meternos en un torneo internacio­nal, iniciamos la conformaci­ón del plantel como siempre lo hemos hecho, pero después de su salida y todo lo que se habló, prefiero no profundiza­r.

¿Era Núñez el DT que necesitaba­n?

—“Nico” trabaja muy bien y de su grupo de trabajo no hay nada negativo que decir. Por el contrario… No tengo ningún remordimie­nto respecto de su elección. Lo fuimos a buscar con ganas y convicción, porque era la persona apropiada. Y deseo que le vaya muy bien.

Estos períodos de “malaria” deben generar mayor desgaste, más cuando los éxitos se olvidan tan rápido…

—Me gusta lo que hago y entiendo cómo es la dinámica. Me han alabado y me han criticado, me han vuelto a alabar y me han vuelto a criticar. Esos ciclos son parte del fútbol y, si uno no lo acepta, no puede trabajar en esto. Siempre digo que

si el equipo no gana, es normal la crítica... ¡Si uno es parte de los responsabl­es! Sí me molesta cuando hay mentiras o medias verdades, o medias mentiras que se instalan, armando historias de situacione­s inexistent­es.

¿Pero no está por tirar la toalla, esperando la inauguraci­ón del estadio, por ejemplo?

—No, para nada. La dinámica de esto es que uno no gana siempre. En julio voy a cumplir 14 años como gerente deportivo. En este período, ganamos siete títulos nacionales, cuatro supercopas y una Copa Chile... Son 12 títulos, casi uno por año... Eso, en la historia del club, no es tan común. Cuando uno lo mira desde lo inmediato, ve problemas, pero al alejarse un poco y verlo más en perspectiv­a, estamos en un proceso exitoso. Hoy estamos en un momento de transición.

¿Le da lo mismo hipotecar la posición de ídolo “cruzado”?

—Cuando me retiré, era un jugador querido, reconocido. Después, hubo momentos en que un buen porcentaje de la gente no me quería. Luego, me quieren de nuevo. Pero más que buscar ser ídolo, a lo que aspiro es a que la gente me reconozca como alguien que, desde su lugar, aportó para que el club sea un poco más grande, con honestidad y respeto, manteniend­o los valores del club. Puede haber críticos o a alguien que no le gusten mis formas, pero no aspiro a ser un ídolo. Sí puedo decir desde mi lugar que el “Chapa” (José Pedro) Fuenzalida fue alguien clave para la historia de la Católica y él debería ser un ídolo, por lo que entregó en la cancha, transmitie­ndo a sus compañeros, los títulos que ganó y la manera en que lo hizo.

 ?? / GENTILEZA CRUZADOS ?? El nuevo camarín. Buljubasic­h, en el vesturiari­o del nuevo San Carlos.
/ GENTILEZA CRUZADOS El nuevo camarín. Buljubasic­h, en el vesturiari­o del nuevo San Carlos.

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