Expectativas para la región y TCR de EEUU como driver de crecimiento
Aún existe espacio para una apreciación del TCR norteamericano, si bien no de la magnitud experimentada en 2015
EN las últimas semanas hubo importantes recuperaciones en el valor de activos internacionales, particularmente en el mundo emergente. Esto motivado por el precio de las materias primas -cobre y petróleo- y un renacer del apetito por riesgo.
Como explicaciones podemos nombrar dos a modo general. Primero, los últimos datos de China han entregado relativa calma y aminorado los miedos en relación a un aterrizaje forzoso.
Y en segundo lugar, mayor cautela de la Fed en su proceso de normalización monetaria -tras casi una década con tasas de interés cero-, ha propiciado un debilitamiento del dólar a nivel global, tras apreciarse en torno a 10% en términos reales en 2015.
La relación que presenta el tipo de cambio real (TCR) norteamericano y expectativas para emergentes es clara. Su dinámica condensa información importante respecto a un set de variables externas relevantes para economías emergentes.
Una apreciación real del dólar se asocia a caídas en los commodities, deterioros en los términos de intercambio, flujos negativos de capitales y deflación en dólares, con un consecuente incremento de nuestra tasa de interés real externa. Todo lo anterior, configurando un escenario complejo para el desarrollo y crecimiento de la región.
Así, el tener una idea de la dinámica esperada para el TCR de EEUU permite elaborar una visión general en torno a las perspectivas de LatAm. Para este fin, el escenario previsto por el FMI en su último WEO de abril resulta en un buen punto de partida.
El organismo volvió a corregir las proyecciones de crecimiento con mayor fuerza para el mundo que para EEUU, al tiempo que prevé que los bajos precios de materias primas inducirán mejoras en términos de intercambio de economías desarrolladas. En tanto, la mejora de la demanda interna en EEUU presionaría una ampliación de su déficit de cuenta corriente, y se proyecta que los balances de los principales Bancos Centrales del mundo (BCE y BOJ) seguirán divergiendo, dado inflaciones que no logran despegar en dichas economías.
Esto sugiere que aún existe espacio para una apreciación
El autor es economista de CorpResearch.