Los benditos sabores del bar
Una cocina y coctelería completamente chilena y una vista única, es la nueva apuesta en Bellavista lejos del polo gastronómico, como una forma de encontrar nuevos espacios con sello propio.
EL NUEVO BAR La Virgen ubicado en Bellavista en la esquina de Bombero Núñez (290) con Santa Filomena, sólo tiene un par de semanas desde su apertura.
El lugar cuenta con una terraza en un segundo piso con vista al Cerro San Cristóbal donde, por supuesto, se ve la Virgen, de ahí su nombre.
El bar- restaurante cuenta con una carta centrada en la cocina chilena, llevada al formato de tapas, donde se pueden encontrar sabores clásicos como el pastel de choclo ($4.000), con un pino muy bien elaborado. Otro plato sólo para valientes es el ají con abundante relleno con queso de cabra y carne mechada, cocinado con doble apanado; primero inglesa y luego rebozado ($3.400). Otra alternativa que vale la pena probar es el conejo escabechado ($4.000) que re- cuerda la verdadera receta de la cocina de la abuela.
Las prietas son protagonistas y las hay en dos versiones: en una papa rellena ($3.000), y en una empanada donde va mezclada con nuez y peras caramelizadas en miel de laurel ($3.000), una combinación única. La carta también está pensada para los fanáticos de los sánguches creando varias alternativas, entre ellas el pan con plateada de vacuno al jugo suave y tierna, acompañada de tomates asados, rúcula, cebolla caramelizada y queso mantecoso ($3.500).
El pescado no podía faltar dentro de esta cocina chilena y para ello crearon deliciosas calugas de congrio ($3.500), además de pan con “pescao” ($3.500), cancato de salmón ($3.500) y machas gratinadas con queso parmesano y de cabra sobre una capa de cebolla ($4.000).
El chef Luis Fernando Murillo es uno de los cuatro socios de este bar y creador de esta innovadora carta, la que hizo recopilando su experiencia en España, donde estudió los sabores mediterráneos haciendo varias pasantías en restaurantes con estrellas Michelin.
Coctelería tradicional Como la temática del lugar es chilena, pensaron en sabores en este estilo, como la jarra de borgoña fresca y muy equilibrada ($11.000). Es el brebaje de la casa que se marida bien con la mayoría de los platos.
Hay otros clásicos como el pichuncho, pistón, terremoto, cola de mono o vaina, jote o licor de ave ($ 3.500), hecho de una forma más glamorosa que la tradicional. Y aunque no hay coctelería de autor, los dueños cuentan que es uno de los próximos pasos del lugar. Sin embargo hay una carta de cervezas donde se luce la marca de la casa, Volta un producto elaborado por uno de los socios.