Violencia “normalizada”
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La violencia cada vez más brutal y frecuente en el sur de nuestro país amenaza con volverse crónica. Todas las semanas aparecen noticias respecto a atentados en la Araucanía. Llevamos meses así y la sensación que deja esto es que “nadie hace nada”. El Gobierno sigue sin tomarle el peso a la situación, buscando bajarle el perfil al asunto. No hay “conflicto”, sino que solo “tensión étnica”, no hay “terrorismo”, sino que (aislados) “actos terroristas”. En definitiva no lo aceptan como un fenómeno presente en la región, independientemente de que las soluciones que establecen sí lo afirmen (viaje sorpresa de la Presidenta, creación de una Unidad de Fuerzas Especiales en Lanco, etcétera), generando disociación entre el discurso y la práctica. La izquierda se identifica con la “causa mapuche”, lo que explicaría la imposibilidad de reconocer el problema como un fenómeno terrorista (a pesar de que puedan invocar, en algunas ocasiones, la ley antiterrorista). Por lo mismo, la ideologización de este tema es finalmente un arma de doble filo, ya que al mismo tiempo que adscriben a la causa, esta se vuelve una traba que les impide actuar en situaciones de emergencia. Existen al menos dos grupos conocidos en la región que no solo cometen actos terroristas, sino que también los reivindican, además de dejar panfletos en los lugares y de tener páginas web, demostrando ser grupos organizados con objetivos bastante claros. Hablamos de la Coordinadora Arauco Malleco y del grupo Weichan Auka Mapu (Lucha del Territorio Rebelde). Este último ha indicado, incluso, que seguirá cometiendo actos de “resistencia” como los llaman. Ahora bien, es fundamental disociar los concep-