Sobre nuevas elecciones: “España deberá aprender a ser una democracia”
Chile. Por mejor ambiente institucional e infraestructura que se busque, falta el tema clave de la educación, sin la cual no va a pasar nada en este país. Si se hace un gran plan de productividad y no hay ninguna sola medida que tenga relación con la educación, parece que estás diciendo que, la educación no tiene nada que ver con la productividad, o que tiene que ver pero que no importa.
¿De qué manera las reformas tanto laboral como la idea de crear una nueva Constitución en Chile van en contra de lo que están haciendo otros países desarrollados?
— No conozco el debate de la Constitución aquí. Pero el tema de las legislaciones laborales, no es que se esté haciendo una cosa en Europa y otra aquí. Las cosas son cíclicas. En Europa también de repente se pone de moda ser más regulador y proteccionista y de repente más liberales. No hay una tendencia general. Las crisis van moldeando los puntos de vista de los políticos y esto va cambiando. En España eran muy liberales a raíz de la crisis porque mandaban los socialistas, pero ahora hay oposición a la liberalización laboral.
¿Qué rol debieran tener los sindicatos en la economía? En Chile el Tribunal Constitucional acaba de declarar inconstitucional una parte esencial de la reforma laboral que habla de la titularidad sindical en caso de huelga.
— Insisto, no sé nada de la Constitución chilena ni del Tribunal Constitucional, pero a nivel global es importante que los trabajadores estén protegidos, y que no haya desamparo ante los abusos de las empresas, pero también pasa lo mismo al revés: a veces las empresas están desamparadas ante los abusos de los trabajado- res, y no pienso en Chile, sino en Francia: cuando los controladores aéreos franceses deciden hacer una huelga salvaje, toda Europa colapsa. Los abusos son malos por ambas partes. Hay que encontrar mecanismos civilizados de proteger a los trabajadores, sin necesidad de perjudicar a los que no tienen nada que ver con tu conflicto y esto demasiado a menudo no pasa: se piensa que la forma de proteger al trabajador es darle un poder de perjudicar a todo el mundo. Y al tener la capacidad de perjudicar, a través de una huelga salvaje, los empresarios van a ceder. Yo creo que eso no es bueno. Es bueno proteger a los trabajadores sin darles la capacidad de abusar. Del mismo modo, hay que proteger a las empresas sin darles la capacidad de abusar.
La reforma tributaria en Chile produjo incertidumbre en el país, entonces ahora que ya está aprobada y se está aplicando, ¿se reduce la incertidumbre? ¿mejora el ambiente de negocios?
— El saber cuáles son las reglas del juego es importante, y aquí hay mucha demagogia de la derecha de que los impuestos altos son malos. Pero Suecia es un país que funciona y tiene impuestos elevadísimos. La clave no son los altos impuestos, sino qué hace el gobierno con esos impuestos. Lo mismo pasa al revés: Hong Kong y Singapur funcionan, y los impuestos son bajos. Por lo tanto, se puede funcionar con impuestos altos y con impuestos bajos.
¿Cuál es el problema entonces?
— Cómo se gasta. Si en un país los impuestos son elevados y el dinero desaparece en los profundos bolsillos de quién sabe quién, entonces es un problema. El otro problema es la injusticia de que unos pueden dejar de pagar y otros no; que unos puedan evadir y otros no, hace que la gente se sienta discriminada. Esa injusticia de que el gobierno no haga nada por evitar la evasión es un problema. Por lo tanto, el debate no debería ser tanto sobre impuestos altos o bajos, el tema es: teniendo impuestos altos, qué se hace con ellos.
¿Cómo se fiscaliza esa evasión?
— La responsabilidad es del gobierno. A la izquierda, que le gusta tanto que el gobierno intervenga, lo primero que debe exigir es que el gobierno haga lo único que sabe hacer bien, que es recaudar. Si es incapaz de recaudar, ¿cómo le vamos a confiar la educación de nuestros hijos? Si lo único que debe hacer usted, que es recaudar, lo hace mal, ¿cómo va a gestionar hospitales? Primero demuestre que puede y quiere hacerlo. — Luego de cuatro meses en que los principales partidos españoles no pudieron ponerse de acuerdo para crear una coalición gobernante, finalmente ayer el Rey Felipe disolvió las cortes y convocó a nuevas elecciones, tal como se esperaba, para el 26 de junio. Al respecto, Sala i Martín asegura que España tendrá que sacar lecciones. “En la democracia el que gana no debiera convertirse en un dictador”, sostiene.
¿Qué espera para España?
— España deberá aprender a ser una democracia.
¿En qué sentido?
— España es un país democráticamente joven, donde, quien gana las elecciones se convierte en un dictador temporal. El Partido Popular, cuando ganó hace cuatro años, se transformó en un dictador, sin negociar nada con nadie e imponiendo un rodillo parlamentario. Fue un dictador durante cuatro años. Y el PSOE hizo lo mismo cuando ganó con mayoría absoluta, y como eran dos partidos, era uno o el otro y siempre ganaban con mayoría aplastante. Esto cambió. En la democracia el que gana no debiera convertirse en dictador.
¿Influyó esto en el fin del bipartidismo?
— No. Yo creo que el fin del bipartidismo es un fenómeno univer- sal. Estamos viendo un desengaño con el sistema político en todo el mundo, que se manifiesta de diferentes maneras en diferentes países: en Grecia se manifiesta con la elección del partido Syriza (anti euro); en Francia y Alemania con partidos neonazi; en EEUU, con Donald Trump; en Perú, con la hija de un dictador en la cárcel. La gente está hasta las narices, y como está hasta las narices, vota cosas raras. Trump es el mismo fenómeno que Podemos, Ciudadanos, Syriza y Le Pen.
¿Qué espera para la elección?
—Tienen que aprender. Al final van a mandar las grandes empresas, como siempre, y pedirán a los partidos que pacten. Y van a tener que pactar el PP y PSOE.
Eso nunca se había dado desde la democracia...
—No. Un ejemplo son las leyes educativas. Desde la democracia (1975), España ha tenido nueve leyes educativas. La última fue del último gobierno y van cambiando: si gana la derecha, introducen la religión y exámenes con disciplina casi militar en las escuelas, y si gana la izquierda, fuera la religión, más laxos, y así. No han sido capaces de ponerse de acuerdo ni siquiera para beneficiar a los hijos de todos, de manera que cada vez que hay cambio de gobierno, cambia la ley educativa. Y no se negocia.
“El tema de las legislaciones laborales no es que se haga una cosa en Europa y otra aquí. Las cosas son cíclicas”.
“El debate no es sobre impuestos altos o bajos, sino, teniendo impuestos altos, qué se hace con ellos”.
“Es bueno proteger a los trabajadores sin darles la capacidad de abusar. Del mismo modo, hay que proteger a las empresas sin darles la capacidad de abusar”.