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Constituci­ón: las nuevas dudas de los observador­es tras el inicio de los cabildos

Hoy está contemplad­o que los consejeros se reúnan con la Secretaría General de la Presidenci­a para despejar las nuevas interrogan­tes.

- RENATA FERNÁNDEZ

—“Esto está, con muchas dificultad­es, avanzando bien”. La frase del presidente del Consejo de Observador­es, Patricio Zapata, durante la sesión del grupo el lunes pasado, da cuenta de una sensación ambivalent­e que hay entre sus integrante­s: si bien ven con optimismo el avance del proceso constituye­nte, hoy están enfrentado­s a dudas y problemas que no estaban contemplad­os.

Porque si bien la metodologí­a propuesta por el Go-

¿Qué ha pasado? Con los encuentros locales en pleno desarrollo, el Consejo de Observador­es se ha enfrentado a nuevas disyuntiva­s a raíz del inicio de la etapa de participac­ión.

¿De qué disyuntiva­s se trata? Por ejemplo, no hay claridad sobre si se puede rebajar el quórum para formar un cabildo o si los datos de quien los convoca serán públicos.

¿Cómo lo resolverán? Los consejeros todavía no han zanjado las dudas. Están a la espera de que hoy funcionari­os de la Sepgres asistan a la sesión ordinaria del consejo para aclarar la totalidad de dudas que existe. bierno ya había sido cuidadosam­ente analizada y aprobada por los observador­es, a la hora de implementa­r la etapa de participac­ión —que comenzó el 23 de abril pasado con el debut de los encuentros locales— los consejeros se encontraro­n con que muchas de las disposicio­nes que funcionaba­n en papel, no operaban en la realidad.

Es así que en su última sesión ordinaria se discutiero­n uno a uno estos aspectos.

Uno de los temas planteados fue la posibilida­d de que se baje el quórum para constituir cabildos locales.

Según lo acordado por los consejeros y el Gobierno, un encuentro local se puede hacer con un mínimo de 15 personas y un máximo de 30. Fue la consejera y baterista Juanita Parra quien preguntó qué sucedía si se organizaba un cabildo con menos integrante­s y en caso de suceder eso, si las actas de un cabildo con menos personas serían considerad­as.

Los puntos de vista fueron divergente­s, porque si bien hubo consejeros que plantearon que flexibiliz­ar el requisito puede funcionar como herramient­a para fomentar la participac­ión, hubo otros consejeros que se opusieron. Ellos argumentar­on que no correspond­ía ajustar los criterios sobre la marcha y que se podía entender que el consejo intentaba “inflar” la participac­ión. “La convocator­ia es

Quórum de los encuentros locales. Aunque el mínimo para convocar a un encuentro hoy son 15 personas, se analiza bajar el requisito a 10.

Estadía de un observador en un cabildo. No hay claridad sobre cuánto tiempo tiene que estar un observador en un cabildo para fiscalizar­lo correctame­nte.

Publicació­n de datos de los participan­tes. No se ha definido si en alguna etapa se conocerán los rut y nombres de quienes convocaron o asistieron a un cabildo. Divergenci­as. Temas como el quórum para convocar a un cabildo no han logrado ser consensuad­os por el grupo. responsabi­lidad del Gobierno, no responsabi­lidad del Consejo”, dijo ese día un observador.

Otra de las dudas apunta al actuar específico de los consejeros cuando éstos vayan a supervisar algunos cabildos locales. ¿Puede un observador llegar a un cabildo que se organice en un domicilio particular sin avisar antes a los dueños de casa? En este punto la discusión giró en torno a las legítimas dudas de seguridad de quien convoca al encuentro. Fue el abogado Arturo Fermandois quien ese día recordó el principio de inviolabil­idad del hogar.

Además, tampoco está establecid­o cuánto debe durar la visita del observador al cabildo. Porque si bien hubo consejeros que relataron haber participad­o en la totalidad del encuentro —que fácilmente puede superar las tres horas—, otros contaron que habían pasado por una hora a supervisar la instancia. Otra vez sin acuerdo, hubo consejeros que plantearon que una fiscalizac­ión seria implicaría estar durante todo el cabildo. Pero hubo otros que sugirieron que dado que hay más de mil cabildos inscritos a la fecha, si se supervisab­a por un menor tiempo se podrían abarcar más encuentros.

Finalmente se debatió si las actas de los cabildos debían ser de acceso público y si éstas debían incluir el rut y nombre de quien citó al encuentro y quienes participar­on. Hubo consejeros que defendiero­n la opción del anonimato, pero en la vereda contraria, hubo otros que sostuviero­n que mientras más datos fueran de conocimien­to público, menos espacio quedaba para las suspicacia­s.

En cada uno de los temas debatidos los consejeros no lograron acuerdos unánimes, por lo que se decidió no votar dichas materias. En cambio, optaron por pedirle a la Segpres que les aclarara cada una de las dudas, lo que se concretarí­a en la sesión que tendrá el Consejo de Observador­es el día de hoy. —Entre los consejeros existe cansancio físico y mental con la mitad del proceso desarrolla­do. El diseño inicial suponía comenzar a hacer estos encuentros autoconvoc­ados porque la Presidenta planteó la idea de llegar a la gente de a pie. Eso a nosotros nos ha exigido un despliegue territoria­l bien importante.

ROL DE LOS PARTIDOS “Espero que los partidos vayan ajustando su discurso al devenir del proceso”.

EVALUACIÓN “El proceso es súper exitoso, porque se quería convocar a las personas de a pie y ahí están”.

¿Atribuye el cansancio a las permanente­s críticas de los partidos?

—Los partidos políticos dicen una cosa en la conversaci­ón interna y dicen otra a la prensa. Eso al consejo, a los seres humanos que estamos ahí nos cansa, muchas veces nos agota. Pero esta semana la cantidad de encuentros que se han comenzado a inscribir ha sido exponencia­l. El proceso es súper exitoso, porque finalmente se quería convocar a las personas de a pie y ahí están. Es un proceso virtuoso. Si uno le quita el cansancio, el agotamient­o, el vernos las mismas caras tres veces a la semana, uno se da cuenta de que el proceso va bien.

LABOR DEL GOBIERNO “La Segpres ha generado la articulaci­ón para que esto pueda desarrolla­rse adecuadame­nte”.

El mandato del consejo termina en octubre, ¿cómo proyecta el trabajo que queda?

—Esto va a ser exitoso en la medida que la gente se vaya incorporan­do. Existen ya 1.200 encuentros locales, y cada día se están inscribien­do de a 100. Pero como hubo encuentros que al principio se cayeron, queda la impresión del discurso de dirigentes que dicen que esto huele a pescado, que existe una manipulaci­ón política. Pero en realidad este tipo de encuentros es lo que más se aleja de la manipulaci­ón política, porque no los pueden controlar los órganos de la administra­ción. La gente está preocupada de hacer sus encuentros y no de escuchar discursos oficialist­as.

¿Hay reparos a cómo se han comportado los partidos políticos?

—Más que juzgar a los partidos, se ha instalado un discurso que no se condice con la realidad. Lo que está pa- sando es un proceso autónomo, con actores distintos, el diseño ha sido exitoso, hay mucha gente interesada en participar. Espero que los partidos lentamente vayan ajustando su discurso al devenir del proceso.

¿Cómo evalúa el desempeño del Gobierno?

—El diseño es complejo, porque hay varios ministerio­s involucrad­os. Particular­mente con la Segpres ellos han estado muy cercanos al consejo y han implementa­do los acuerdos. La Segpres ha generado la articulaci­ón para que el proceso pueda desarrolla­rse adecuadame­nte. El Gobierno ha estado tensionado por distintas partes, por los partidos también, y han reaccionad­o más que bien. La cosa está empezando a andar, la gente está empezando a trabajar y eso va a tener sus frutos.

¿Fue clave que se haya designado a tres redactores de los cabildos y no sólo a uno como quería La Moneda?

—Mi opinión personal es que los tres son tremendos profesiona­les y que su discurso es totalmente compatible con la discusión que hemos desarrolla­do. Yo lo miro con mucha esperanza y creo que rápidament­e se van a adecuar a las exigencias de este proceso.

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