Erich Arispe, de Fitch: “La pregunta de fondo es si hay capacidad de tomar medidas estructurales”
— El jueves pasado, el mismo día en que el Supremo Tribunal Federal decidió expulsar de forma temporal al presidente de la Cámara de Diputados de Brasil ( Eduardo Cunha) del cargo, Fitch Ratings lanzó un nuevo balde de agua fría al recortar aún más la nota dentro del grado especulativo, desde BB+ a BB, con panorama negativo. Como analista de Fitch Ratings para América Latina, Erich Arispe participó de esa decisión. A su juicio, lo más importante será conocer si hay posibilidad de aprobar las reformas necesarias.
¿Qué los lleva a recortar la nota a Brasil?
— Son dos factores relacionados: el proceso político que vive Brasil y su reflejo en el desempeño económico y fiscal. Unas finanzas públicas que continúan en deterioro, lo que está llevando a una carga de deuda más elevada, sin la posibilidad de aprobar medidas para estabilizar las finanzas públicas y luego llevar a una ruta de consolidación fiscal. Más allá de parches fiscales con alza de impuestos o recortes de gastos discrecionales, la pregunta de fondo es si hay capacidad de tomar medidas estructurales en el sentido de hacer más flexible el gasto fiscal. Esta incertidumbre también se hace patente en la economía: la contracción del año pasado se mantendrá y, si bien es algo menor, sigue con riesgos a la baja.
¿De qué forma lo que ocurrió ayer agrava la situación de parálisis en el Congreso?
— Esto provoca más incertidumbre porque todos estos meses ha habido falta de claridad sobre qué tipo de impeachment iba a haber en Brasil y qué podía traer un gobierno de transición en términos de respuesta de po- lítica económica, que es lo importante para nosotros. No hacemos valoraciones de partidos políticos, sino que vamos a lo práctico de decir, cuál sería la posibilidad de un gobierno de transición de tener alguna respuesta de corte estructural para mejorar las finanzas públicas y su capacidad de reactivar la economía mediante una reversión en la confianza. Entonces, se mantiene la incertidumbre en el corto plazo, porque se esperaba para esta semana una votación y ahora no se sabe si esto prolongará o no la incertidumbre.
La perspectiva negativa ¿significa que podría haber pronto otro recorte?
—Brasil ha sido una historia atípica en términos de movimientos de calificación, y refleja la magnitud de la crisis que enfrenta. Normalmente asignamos la perspectiva, que tiene un lapso de resolución de entre 12 y 18 meses, pero desde que bajamos la calificación en abril del año pasado en Brasil, los tiempos se han ido acortando. Es una calificación que monitoreamos muy seguido, tratando de entender todas las aristas. No te podría dar un tiempo, pero reaccionaremos en cuanto veamos que nuestro escenario base se está desarrollando o que el escenario que prevemos se haga más complicado. Todo tiene que ver con la factibilidad de que haya una respuesta de políticas públicas, y si esto no se presenta, tendremos que reevaluar la calificación.