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“Hoy no basta con generar dinero, hay que redefinir el concepto de éxito”

—Pinochet señala que aplicar criterios de sustentabi­lidad va en directa relación con el ahorro de costos. —Además cuenta cómo están relacionán­dose las empresas con sus stakeholde­rs.

- Una entrevista de PAULA NÚÑEZ LÓPEZ ¿Cómo ha visto la evolución empresaria­l en nuestro país?

DURANTE AÑOS trabajó en el sector privado, sin embargo este entorno no lograba dar respuesta a sus aspiracion­es, por lo que a fines de los 90, Juan Pedro Pinochet entró a Un Techo para Chile (actualment­e Techo), entidad donde se desempeñó como director ejecutivo por 12 años. Tras su paso por esta organizaci­ón, decidió meterse en el mundo de la sustentabi­lidad, área donde podría mezclar lo que él llama “lo mejor de los dos mundos”. En otras palabras, gestión empresaria­l, donde la coherencia con las comunidade­s y la gestión medioambie­ntal son pilares estratégic­os. Actualment­e es el gerente general de la consultora Gestión Social.

¿Qué visión tiene de la sustentabi­lidad?

—Nuestro propósito es cambiar la empresa para cambiar al mundo. Es decir, a partir de la empresas queremos contribuir a través de tres ejes: Primero, el negocio como tal en toda la cadena de valor, donde deberían haber criterios de sostenibil­idad. Segundo, la marca, ya que cada vez entendemos que es la identidad de la empresa, la cual debe reflejar en alguna medida lo que la sociedad pide, que es mayor coherencia y consistenc­ia entre lo que soy y lo que hago. El último eje son las personas, donde la responsabi­lidad social o sostenibil­idad deben tenerla como primer foco. —La responsabi­lidad social partió como filantropí­a y creo que aún el 90% debe las empresas se rige de esa forma. De ahí se origina el marketing con causa, donde todos usaban las donaciones para sumar los atributos de la fundación a la organizaci­ón. Después surgió el concepto de mitigación de riesgos, sobre todo en áreas como la minería o energía. La más reciente consiste en entender el desarrollo sostenible como un proceso progresivo y continuo de mejor calidad de vida bajo los imperativo­s del ámbito social, medioambie­ntal y económico.

¿Cree que la sociedad realmente está exigiendo esa mirada en las compañías?

—De todas maneras. Ya no se entiende a la empresa como un organismo que sólo busca maximizar las utilidades. Ahora es más complejo. Entonces, si entendemos que la compañía tiene que ser el fiel reflejo de la sociedad, hay una cadena que ya no se puede desintegra­r. Sobre todo hoy, cuando la sociedad está empujando a la empresa a hacerse responsabl­e y ampliar la mirada. Sin embargo, aún se tiene esta visión donde la responsabi­lidad social es el área hippie de la empresa.

Más allá de las grandes como minería o energía que ven en esta área la disminució­n de riesgos, ¿las empresas de menor tamaño están adoptando estas políticas?

— Todavía cuesta. Sigue siendo caro ser responsabl­e. Hay una vi- sión de que esto es más gasto. Pero, independie­nte del tamaño de la empresa, si empezamos a considerar que es parte del negocio y si entendemos que la sostenibil­idad es el cómo lo estamos haciendo (no el qué), se trata de una visión válida independie­ntemente del tamaño de la empresa. Hoy no basta con generar dinero, hay que redefinir el concepto del éxito porque la sociedad hoy lo está exigiendo. Cuando se hace un negocio y se establece la planificac­ión estratégic­a, tienes que necesariam­ente poner las distintas variables sobre la mesa.

¿Qué es lo que se necesita para aplicar estos criterios?

—Nuestro país avanzó mucho en las últimas dos décadas, cuadruplic­ó su PIB. Ya no son tan necesarias las mediaguas, ya no se ve tanto la pobreza física, sino que pasamos a tener otro tipo de pobreza, una que es de vínculo. Cuando nuestra sociedad adquiere estos matices más complejos, empieza a emerger otro rol que tiene que ver con generar el vínculo con las personas, porque ya no hay vida de barrio, nuestros círculos también se han ido achicando y tenemos menos amistades.

¿Qué cambios ha visto respecto a la relación de las empresas?

—Las transforma­ciones que ha sufrido nuestra sociedad se traducen hoy en cómo actúan los grupos de interés. Por lo mismo es que nosotros tratamos de interpreta­r estas nuevas formas de relacionar­se con los stakeholde­rs, ya sea a nivel co- munidad, proveedore­s, medioambie­nte o trabajador­es.

¿Qué importanci­a tiene hoy el incorporar esta visión sustentabl­e?

—Hace que las empresas, con mayor visión de largo plazo, puedan aumentar ingresos o disminuir gastos. A partir de eso, los empresario­s tienen que incorporar en su ADN esta visión, esta nueva forma de hacer negocios.

¿Cómo están trabajando las empresas chilenas la relación con sus comunidade­s, qué pasa con el relacionam­iento temprano?

—Por lo general, actualment­e, una empresa que busca desarrolla­r un proyecto que necesariam­ente afecta a ciertas localidade­s, está utilizando políticas de respuesta reactiva. Esa empresa que ponía como un apéndice el destinar cierto monto a la comunidad, hoy se da cuenta que a la larga, es más caro y que para el siguiente proyecto, debe incorporar la en el desarrollo del mismo, porque se da cuenta que si lo hace de forma temprana y anticipada, va a ahorrar costos y tiempo.

Seguimos pensando y alimentand­o a las comunidade­s en esta estructura vertical, donde creemos que con dinero solucionam­os los problemas. Pero así no estoy logrando que la comunidad crezca en base a autogestió­n para conseguir crear un polo de desarrollo.

“Ya no se entiende a la empresa como un organismo que sólo busca maximizar las utilidades, es más complejo”.

¿Qué pasa cuando sí se hace partícipe a la comunidad?

“Aún se tiene esta visión donde la responsabi­lidad social es el área hippie de la empresa”.

“Las transforma­ciones que ha sufrido nuestra sociedad hoy se traducen en cómo actúan los grupos de interés”.

— Genero criterios de correspons­abilidad. La comunidad no sólo ejerce sus derechos, sino que también sus deberes y hoy , nuestra sociedad está más dada a exigir derechos que deberes. La empresa que desarrolla un proyecto a largo plazo tiene que ser capaz de pensar en generar habilidade­s que le permita hacer crecer a la comunidad. Sin embargo, a pesar de lo bonito que suena, muchos ven esto como algo peligroso porque creen que si les enseño a augestiona­rse o a organizars­e, este empoderami­ento se puede venir de vuelta.

¿Y cuál es la clave entonces?

— La transparen­cia.

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