Alianza del Pacífico y multilatinas,
HACE ESCASOS días, el 92% del comercio entre Chile, Colombia, México y Perú quedó liberado de aranceles, un nuevo hito en el proceso de integración de la Alianza del Pacífico. Esta nueva iniciativa de integración regional marca un cambio profundo dentro de los múltiples intentos fallidos latinoamericanos que la antecedieron por décadas. Las cuatro es
trellas latinoamericanas avanzan firmes con miras al sueño de la libre circulación de bienes, servicios, capital y personas entre sus miembros, proceso que además ha suscitado el interés de gran parte del globo (ya hay más de 40 países observadores en la Alianza) y en especial de Asia. De hecho, acaba de ser firmado un acuerdo de cooperación Alianza-Asean (diez países del sudeste asiático), un primer hito institucional que podría ser la base para la generación de puentes futuros entre las dos orillas del Pacífico, en línea con el segundo objetivo y razón de ser de la Alianza: la proyección conjunta hacia Asia, con miras a lo que representan las perspectivas del Siglo Asiático en materia de consumo y también como origen de inversiones. La avanzada realizada ya por empresas de países de la Alianza, como Juan Valdez, Nutresa, Bimbo o Grupo Aje (Big Cola) en Asia, muestran las perspectivas de lo que podría ser el horizonte pensando en la multiplicación de multilatinas que explotan ventajas competitivas regionales en sectores como el alimenticio o de servicios (turismo y más), que son además sectores del más alto impacto en cuanto a empleo y de posibles desarrollos de clusters sustentables a nivel regional. Chile ya es un líder mundial en materia de liberalización comercial y económica, ahora se nos presenta la oportunidad de lograr dar el salto en lo que se refiere a la diversificación de nuestras industrias, encadenamientos productivos, salto hacia adelante en las cadenas de valor, y capacidad de creatividad, innovación y asociatividad de nuestras empresas y emprendedores en un marco regional. Agenda que toma especial urgencia teniendo en cuenta que Asia será cada vez menos la fábrica del mundo (donde volver a los precios antes alcanzados por nuestros commodities es historia) y, cada vez más, el mercado de consumo mundial.